Tras tanto viaje... llegando? [Libre]

Un joven pelirrojo de ojos color esmeralda, brillantes y expresivos, caminaba por la plaza cargando con una pequeña mochila con sus pertenencias. Su ropa todavía, que constaba de una camisa blanca y unos pantalones cualquiera, tenía un casi imperceptible aroma a sangre, que solo los vampiro o los lycans con el sentido del olfato extremadamente desarrollado podrían percibir.
Luego de un largo viaje había llegado al fín a lo que podría ser su nuevo lugar de recidencia permanente, o bien, solo una parada más de descanzo. Todo dependía de cómo fueran las cosas.

Al llegar a la Plaza se quitó la mochila y la lanzó al cesped, dejándose caer a éste también y usando los brazos como almohada, poniéndoselos detrás de la cabeza.
-Eajh, estoy sucio.. -Susurró, quejándose respecto a aquel aroma y las manchas en su ropa provenientes del líquido carmesí de aquellas personas a quien tanto detestaba, de las que se había deshecho recientemente, antes de emprender su viaje de escape.- Pero.. supongo que ni siquiera lavándome todas las manchas saldrán. -Murmuró para sí mismo. Y lamentablemente; era cierto. Claro, las manchas de sangre saldrían, pero ¿Y qué con las manchas de su alma? Con aquellas marcas que no se hirían fácil de allií.. Por haber matado a tantas personas, por haber cometido tantos pecados, y al haber visto tantas tragedias y cosas que lo traumarían durante el resto de su vida... No, no era posible curarse de aquello, no era posible "limpiar esas manchas"...

Suspiró, mirando al cielo y cerrando los ojos, sintiendo cómo el viento acariciaba gentilmente su rostro y danzaba junto a sus hebras rojizas.. Qué más daba, todos pensamientos en vano.. Mejor, solo se dedicaba a disfrutar del buen tiempo.

Ruidosa tarde en las calles de krista, una elfa de cabellos dorados va corriendo a lo ke sus pobres fuerzas le ayudan. Al ser bajita de estatura escurrirse entre la gente resultaba facil, con una mano sostenia su gorro para ke con su andar no terminase volando -KYAAAA!! voy tarde mou!!- Grito, otra vez, se habia kedado dormida estudiando para el examen de magia ke le pondria uno de los profesores, y claro, con lo boba ke era... habia perdido la nosion del tiempo y por ende iba llegando tarde a la academia.

Decidio tomar un atajo por uno de los jardines de akella plaza, sin fijarse nunca en el camino, tropezando sin kerer con alguien -mou!- alcanzo a gritar antes de barrerse completamente en el piso, molestando sin kerer a akel pelirojo ke se encontraba descanzando en el lugar. -perdon perdon"- Grito a los cuatro vientos ruborizandose enormemente ante su torpeza, se hinco en el piso, revisando de ke su libro no se hubiera maltratado sin embargo, a lo lejos, se escucho las campanadas del enorme reloj situado en la torre ke estaba en medio de la ciudad. Habia perdido la clase... -mou...- Dijo algo desganada, ya ke importaba correr.

-Lamento haberle interrumpido joven- Se levanto, e hizo una reverencia a manera de disculpa.

Estuvo meditando por un rato, con los ojos cerrados y perdido en el silencio de la plaza, que al estar la parte céntrica de ésta un tanto alejada de las calles y demás, afortunadamente casi no era alcanzada por el bullicio, y casi sólo se escuchaba el sonido del cesped moviéndose junto al viento y una que otra persona pasando por ahí.
Sin embargo, apenas se dió cuenta y alguien, literalmente, le pasó por encima corriendo, tropezándose ésta persona con el pelirrojo y haciéndolo girar en el suelo al haber sido pateado, terminando uno o dos metros más lejos del lugar en donde estaba.
-¡Itteee~! -Se quejó en un alarido de dolor, con las manos en las costillas del lado derecho, el que había sido pateado. Y más que la sorpresa, era el tremendo dolor lo que lo estaba asustando. Le sorprendía no haberse roto nada al ser azotado por tremendos zapatos de tacones.

-Ahuuu~... Chica, por poco y me pagas la indemnización por las costillas.. -Refunfuñó, haciendo lo posible por sentárse, recargándose en un brazo y todavía abrazandose a sí mismo con el otro, rodeándose el abdomen.

-Si, si, sisisisi~ Estoy bien. -Insistió, ya se estaba mareando con todas las veces que la rubia preguntaba lo mismo una y otra vez, y tan rápido que su cerebro desacostumbrado a las grandes exigencias se enredaba y lo confundía.
Finalmente cuando pudo sentarse se levantó la camisa para examinar con la mirada la parte que había sido golpeada. -No, no hay sangre.. Al menos no mía -Comentó, terminando aquello último en su mente. Se volvió a acomodar entonces la ropa y se giró para ver a la otra chica, haciendose un poco hacia atrás al estar siendo ventilado con aquel libro que si se caía podría romperle las piernas o algo así, de tan grande y pesado que se veía.

Se llevó una mano detrás de la nuca. Sí, en verdad dolía mucho, pero ya había recibido tantas agreciones físicas a lo largo de su vida que podría decirse que estaba acostumbrado a aguantarse sin decir nada. -No te preocupes, no pasó nada. -Intentó calmarla, alborotándose algo el cabello con la mano y arqueando una ceja.
-¿Tu estás bien? También te has caído. ¿No te lastimaste?

Rió muy por lo bajo al ver el extraño comportamiento de la muchacha. Resultaba ser tan... simpática, que sentía algo raro, un "no se que" al escucharla hablar, que le resultaba extrañamente gracioso y, de alguna manera, adorable.
-No importa, estas cosas suelen pasar. Y fue mi culpa, después de todo fui yo el que estaba en medio del camino.
Comentó, negando suavemente con la cabeza. Mientras, se acomodó un poco mejor, extendiendo una pierna y doblando la otra, apoyando el antebraso sobre la rodilla de ésta y posando, a su vez, la mejilla sobre el puño cerrado de su mano.

Se rascó la mejilla, sonriendo de forma algo aniñada. -¿Cómo te llamas? Yo soy Kaoru~ Puedes llamarme como quieras. -Le dijo de manera amigable, tras una risilla simpática. Desvió entonces la mirada esmeralda hacia el libro que la chica llevaba. Deajh, que suerte que el nunca había tenido que leer esas cosas tan espantosas y temibles ni ir a la academia. -Parece que has perdido tu clase.. -Susurró, como lamentándose por su acompañante.

-Mucho gusto, señorita Nesse~ -Canturreó con cierto toque infantil, bastante alegre, tomándole una mano a la rubia y besando el dorso de ésta cabellerosamente, aunque parecia hacerlo más en juego que por educación. Ya casi no le dolía el golpe así que prácticamente se había olvidado de lo ocurrido. Aunque claro, en unas horas allí tendría un gran y bonito moretón. -Si, Kao está bien, muchos me llaman así. -Comentó. ¿Muchos?... ¿Quiénes?.. Comenzaba a hacerse algunas preguntas inconscientemente, frunciendo el ceño sin razón aparente ante la muchacha. Claro, aquellas únicas personas con quienes había socializado ya no estaban con él.

Pero que importaba, el pasado en el pasado, ¿No?... mejor olvidarse de todo y volver al mundo real, al presente.
-Oh, ¿Pero no te regañarán por no ir? -Le preguntó, poniendo una cara de sorpresa algo exagerada.

La escuchó con atención, sin quitarle la mirada de encima, aunque guardando espacio entre ambos como para no incomodarla y él mismo estar cómodo.
Tras un rato alzó los brazos y se desperezó, con un gesto de tranquilidad, vago y despreocupado.
-Bleh~...Los regaños no son divertidos. Por eso es mejor no tener superiores. -Refunfuñó algo obvio, negando con la cabeza. La brisa le movía un tanto los rojizos cabellos, la cual disfrutaba con una sonrisa, de vez en cuando encarando disimuladamente al viento para que le diera a la cara y lo refrescara.

-¿Y porqué vas a la escuela, Nesse-san? -Cuestionó- ..Yo no he ido y estoy bien así~ A demás de que podrías ser autodidacta, y nadie te andaría regañando.
Le comentó, como si fuera lo más natural del mundo. Y en realidad sí lo era, pues en aquellos tiempos muy poca gente sabía leer y escribir.

Apenas arqueaba levemente una ceja al escucharla hablar. Vaya, al parecer había alguien con una vida peor que la suya. No terrible, más bien horrorosamente espantosa y aterradora. ¿Ir a la escuela? ¿Recibir órdenes? Y encima de todo eso, que ya de por sí era una verdadera molestia, ser regañado. Que asco, ¡¿En qué clase de mundo aberrante vivían?!

-Oh, que suerte que no hay que estudiar para ser lycan. -Susurró, ante el segundo comentario de la rubia. Su defenza personal consistía en mordiscos, fuerza física y habilidad para la lucha. Claro, hacía falta estudiar tácticas y todo eso; pero aquello era cosa de cada quién y de la misma experiencia.
-Pero si te quedas dormida, ¿Porqué no, en todo caso, un tutor? Podría regañarte pero.. al menos no sería frente a toda una clase, como hacen los maestros.
Le aconsejó con simpatía, volviendo a sonreír. Kaoru buscaría cualquier excusa, posibilidad o escape como para evitar ir a la escuela. Vio, luego de hablar, como la muchacha le ofrecía aquel trozo de pan.
-Gracias. -Susurró, riendo por lo bajo espontáneamente de manera algo infantil. Aquel trozo de pan no le era demasiado en realidad, pero el detaye de la muchacha era lo que llegaba a enternecerlo. Dió un mordisco al alimento, siempre sonriendo con aquel aire despreocupado y alegre.

De la nada la gente empezo a aglomerarse a su alrededor, los dos observaban, en una ciudad tan tranquila, algo que los alborotase, era digno de verse, caminando entre la multitud y seguido por varios soldados de varias razas, un joven de cabello plateado se acerca, destaca bastante el hecho de que es casi un niño, la gente lo vitorea y el parece rejocijarse.

"El principe ha vuelto victorioso" se esuchaba decir por la gente

Gente de Krista, no me vitoreen, no he hecho nada que meresca una celebración, soy solo he hecho mi deber... protegerlos a todos

La gente lo vitorea, pero esa actitud tan pesada, le molesta un poco al par que se encuentra al fondo, sobre todo a la Elfa, quien disimula no prestar interes en lo que sucede.


HERMANOS!! dijo despues de un gran grito descancen hemos ganado y hoy todos son unos heróes el chico, miro para todos lados buscando a aquella que le robo su corazón...

*insert here the most lovely and curi scene ever, of course just imagination*

Pero al mirar y no encontrarla se ve desanimado, luego de eso camina y observa al a su nuevo "hermano"

Bienvenido hermano dijo al Lycan, quien confundido miro hacia los lados buscando al tal "hermano"

Siento preguntar... pero en mi ausencia alguno escucho sobre ... una chica de cabello negro, piel morena y ojos ambar?...


Pasando de la sobervia a la humildad en un minuto

-Cansa un poco pero... Sí, la verdad es que es muy divertido. -¿Para qué mentir? A él le encantaba correr por ahí despreocupado, cazando y andando por los bosques o las praderas de "expedición"... Aunque claro, sabiendo que luego de destransformarse a penas podría moverse por un buen rato.
Escuchó atento a la rubia, asintiendo de vez en cuando ante sus palabras, con una gran sonrisa. -Vaya, suena como una persona genial. ¿Y cuando vuelva podrás retomar tus cla....
Se quedó silencioso cuando aquella persona se acercó hacia ellos, y miró también a la elfa con cara de "y a este que". Luego, escuchó las palabras del supuesto príncipe, mirándolo con una ceja arqueada.
-Aaaja~ Si, si... Hermano de padres distintos ¿Cómo estás?~ -Dijo medio burlón, a pesar de que ni conocía a ese tipo, y le importaba un bledo si era el príncipe más importante del mundo o un simple loco. -Y quien eres, por cierto. -Le dijo al fulano.

Volvió a mirar al hombre tras un rato y simplemente se limitó a negar con la cabeza, completamente confundido ante la llegada de aquel.. ¿Niño?.