Nombre: Marlene Lenz (originalmente Alice Wilhem).
Edad: 20 años, aunque luce como una chica de 17, según dicen.
Sexualidad: Bisexual.
Estatura: 164 centímetros.
Raza: Humana.
Ocupación: Actualmente desempleada, pero solía ser la “dama de compañía” de una joven noble.
Armas: Una daga, la cual oculta entre sus ropajes y usa solamente en defensa personal.
Habilidades: —Correr es uno de los atributos más sobresalientes que tiene, aunque esto no quiere decir que sea excepcionalmente rápida. Si entra en pánico (o está asustada) puede ir a una mayor velocidad.
—Debido a que en su niñez vivió en el centro de un bosque, aprendió a escalar árboles sin siquiera tambalear.
Lista de Ataques: Ninguna.
Debilidades: —Tiene un espíritu guerrero, por lo que tenderá a meterse en problemas, o se pondrá en peligro innecesario, con tal de conseguir lo que quiere.
—Por lo mismo que es terca, no se rendirá ante nada, aunque sepa que tiene la pelea perdida. Incluso puede sobre-explotar sus capacidades, reduciendo hasta sus capacidades de huir.
Apariencia Física: De cabello largo y rubio. Usualmente lo lleva suelto. De piernas largas y sonrisa dulce. Sus manos son de palma pequeña y dedos largos, lo que le da un toque estilizado; su cuerpo es cero atlético, y es tan suave como el algodón. De piel bronceada. Sus ojos son color verde, aunque a veces se ven azulados a causa de la luz solar. Casi siempre se le verá con una sonrisa, aunque no siempre será de felicidad.
Personalidad: Transparente como el agua. No esconde nada, ni tampoco le da vueltas a un asunto que pueda ser fácilmente tratado. Sin embargo, no es tan fácil de leer, como muchos pensarían. Cero sutileza; no le gusta que “le hablen bonito”, prefiere —y por mucho— que le digan las cosas tal cual, sin rodeos.
Ambiciosa por naturaleza. Cree ciegamente en que las personas pueden alcanzar todas las metas que deseen. Para ella, lo imposible no existe. Su filosofía se basa, principalmente, en una frase que su abuela le dijo antes de morir: “si te esfuerzas, puedes conseguir lo que sea que quieras”. También tiene la mentalidad de que cualquier persona puede estar con cualquier otra.
Aunque no se enamora con facilidad, tiende a agarrarles cariño a las personas con cierta rapidez. Siempre se guía de la primera impresión, pero frecuentemente debe cambiar de opinión. Juzga hasta conocer, pero eso no evita que saque conclusiones antes de tiempo.
Terca y enojona. Mientras más difícil sea alcanzar la meta, menos quiere abandonarla. Es muy fácil hacer que acepte un reto; no le gusta perder. Energética hasta que, literalmente, acaba en la cama (ya sea porque se enfermó, o porque le duele hasta la punta del dedo pequeño del pie). Puede ser violenta si la situación lo amerita. Tranquila si no se le molesta.
Gustos: —Que las personas sean quienes son.
—Sus filósofos favoritos son Maquiavelo y Unamuno.
—Le gusta la música instrumental, sobretodo si el instrumento es el violín o el arpa.
—Sus colores favoritos son el blanco y el azul.
Disgustos: —Las mentiras y los llamados “doble cara”. No le gustan las falsedades.
—Odia los ruidos fuertes y/o irritantes.
Imagen: Marlene está aquí, aquí, aquí, aquí y aquí.
Transformación: —
Breve Historia: Al ser abandonada en la profundidad de un bosque por sus padres a la edad de cinco, la pequeña Alice da a parar a los brazos de una viejecilla, quien la adopta como si fuese su hija, aunque ella, al ver que era una anciana, la llama “abuela”, y esta le pone el nombre de “Marlene” junto a su apellido: Lenz. Durante el resto de su infancia, la mujer le hace creer que sus padres volverán algún día, para así lograr que la rubiecilla se abriera con las personas y fuera más sociable.
A los catorce, ya siendo una jovencita, la viejecita le cuenta la verdad de los hechos y esta le dice que ya lo sabía, que aun recordaba la noche en la que su madre la había abandonado: ‘quédate quieta hasta que desaparezcamos en el horizonte; luego corre hacia la dirección opuesta’ le había dicho. Y así lo había hecho.
Tras pasar varios años, su “abuela” fallece una noche de invierno. La madre naturaleza había ido por ella, aún cuando Alice quisiese evitarlo. Actualmente sigue viviendo en esa casa.
Extra: —Cuando algo le molesta, le da jaqueca o dolor de cabeza.
—Tiene un problema en la nariz que la hace estornudar mucho.