Mecano: Moon tales
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 Ender Ó Dalaigh

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AutorMensaje
Ender

Ender


Cantidad de envíos : 5
Fecha de inscripción : 07/01/2010

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MensajeTema: Ender Ó Dalaigh   Ender Ó Dalaigh Icon_minitimeSáb Mayo 15, 2010 10:22 pm

Nombre: Ender Ó Dalaigh

Edad: 20 - 73

Sexualidad: Indiferente, no sé fija demasiado en el sexo.

Estatura:Estatura: 1.80 aprox.

Raza: Draconiano

Ocupación: Comerciante

Armas: Cuando se ve obligado a pelear directamente, gusta de utilizar una lanza mediana o corta como arma principal, por su sencillez de utilización. De vez en cuando alguna daga o cuchillo discreto, pero jamás espadas.

Habilidades: Es un draconiano de tierra, por lo que puede provocar a su antojo terremotos, derrumbes y grietas. Puede manejar la arena a su antojo y transportarse con rapidez por el subsuelo, y absorber a sus víctimas al mismo sitio para asfixiarlas. Es capaz de utilizar la arcilla para crear diferentes criaturas que le sirvan como herramientas temporales que peleen en su lugar.

Prefiere la posición contemplativa dentro de las batallas, sus mejores ataques surgen a distancia por lo que no necesita comúnmente formar parte de una batalla cuerpo a cuerpo. Sin embargo, cuando le es necesario, utiliza una que otra arma.

No es muy rápido pero posee un cuerpo consistente, por lo que sus golpes directos a pesar de no ser muy certeros son dolorosos.

No pelea directamente de no tener asegurada la victoria, por lo que cuando considera las cosas más allá de sus planes o capacidades, prefiere escapar.

Debilidades: Requiere del contacto directo con la tierra para lograr concebir alguno de sus ataques, por lo que en lugares encerrados y/o tapizados, se vuelve completamente inútil.

El viento y el metal, neutralizan mucho sus alcances.

Apariencia física: Posee un sedoso y brillante cabello negro que le llega poco más abajo de la cintura. Los rasgos en su rostro son afilados: labios delineados, pómulos angulosos y nariz pequeña pero respingada. Sus ojos sin embargo, asaltan la atención de cualquiera al ser de una coloración ambarina que más allá de su color, poseen un brillo sobrenatural y una fijeza tanto misteriosa como espeluznante que ha ahuyentado, para su desagrado, a más de uno.

Su piel es nívea y lechosa, deleitante al toque al carecer se la más mínima imperfección. Sin embargo la misma suele lacerarse si Ender llega a no alimentarse debidamente, inmediatamente aparecen incurables desgarres en cualquier sitio de su cuerpo, que se vuelves más grandes y comienzan a pudrir su apariencia humana de no consumir los alimentos propicios para su recuperación.

De musculatura firme más no exagerada que amolda siempre túnicas negras o en su defecto purpuras, jamás sencillas. Le agrada la ostentación por lo que su indumentaria siempre contiene extravagantes estampados o de ser lisos, fabricados en las más finas sedas. Tiene una fijación por los rostros, por lo que las máscaras y los antifaces son una posesión que valora mucho y le ha hecho comprador habitual de una extensa colección de ellos, los que porta en sus ratos de ocio.

Personalidad: Para su vida cotidiana a elegido el disfraz del joven y emprendedor empresario por sus innatos talentos y naturalidad al entablar conversación, posee una presencia radiante y andar elegante. El anfitrión perfecto; discreto y cortés. Irradia cierta inteligencia y sabiduría, algo elevada para su corta edad. Exquisito en ademanes, más nunca exagerado, bastante pacífico e incluso humilde a pesar de las historias que le preceden, mismas que aunque jamás han sido comprobadas, le mantienen ese halo de misterio de “príncipe de tierras lejanas”. De dominio público es su naturaleza seductora de la que se dice vive una vida de excesos y hasta cierto punto, promiscua. Sin embargo, muchos de éstos rumores se contradicen por otros tantos que mencionan su rectitud cabal, al mantener estrecho contacto con sus supuestas concubinas y vástagos dentro de su casa…nunca nadie sabe dar referencia de ellos, pero se sabe de su existencia dado los llantos constantes de recién nacidos que se escuchan cuando el caballero se encuentra en casa.

Pero detrás de la pasiva máscara del “socialité” reservado, se encuentra un draconiano de naturaleza despiadada y actitud impaciente. Inquieto la mayor parte del tiempo, no hay nada que deteste más que los largos silencios o la quietud absoluta, que sólo aumentan sus nefastos dolores de cabeza. Fácilmente irritable, pero sumamente controlado; hay mil cosas que le hacen rabiar, más posee la más fascinante cautela para actuar en el momento exacto, es de la opinión de que “la venganza es un plato que se sirve frío”. Se sobrevalora en exceso; no hay nada que le haya puesto en un verdadero predicamento hasta ahora.

Considera a los humanos como juguetes sumamente divertidos, fascinantes de contemplar. Siempre predecibles, desgraciadamente, hay pocos que no se rindan ante la oferta del dinero o poder. Pero sus guerras, tan absurdas como sublimes, le parecen dignas de admirar, razón por la que ha decidido ayudar cada tanto a una u otra familia guerrera solicitante y digna de sus servicios.

Sanguinario por naturaleza, fanfarrón en cuanto a sus habilidades y habitualmente neurótico, cuando las cosas no proceden con la exactitud conque las pensaba, las “sorpresas” jamás le divierten. Receloso con lo que llega a considerar suyo, si hay algo que llegue a despertar su ira demoniaca, es el allanamiento a sus pertenencias. Es un ser rencoroso, el mínimo insulto lo hará pagar con creces y de forma lenta.

Gustos: Sus gustos, se reducen a los comunes: el teatro y la música, son artes que disfruta y de las que debe aprender debido a su profesión y que le sacan del tedio. Las tardes pacíficas en medio de un bosque o el aroma a velas. El sexo. El vino más que la cerveza que, a pesar de gozarlos con sumo gusto, necesita consumir en inhumanas cantidades para que en realidad provoquen algún tipo de estupor en su ser. Llaman mucho su atención los objetos brillantes.

Los niños, en específico los bebés menores de un año, son de su completo agrado y enternecimiento…son su comida favorita. Su fijación por las máscaras o los antifaces le ha hecho llegar a coleccionar los rostros de los adultos que mueren en sus garras, los cuales desprende con una navaja y conserva con el más meticuloso de los cuidados.

Y por supuesto, la practicidad y los humanos inteligentes.

Disgustos: No tolera lo tedioso del silencio, le llega a hacer rabiar, igual que los largos periodos de concentración. Los hombres estúpidos, por más divertido que sea jugar con ellos. Que le hagan preguntas de más o que traten de inmiscuirse demasiado en sus asuntos.
Cuando las familias que le contratan comienzan a solicitar absurdos o dejen de hacer su parte en los tratos, pero sobre todo: que no le paguen.

Las mujeres…aunque no sea un “desagrado” como tal, más bien una especie de repelencia -le parecen demasiado intuitivas para su propio bien-.

Imágen:
Spoiler:

Breve historia: Nacido de la misma forma que todos los seres de su clase, de un amorío, aunque en éste caso se tratase más bien de uno “forzado”.

"Un enorme dragón negro aterrorizando un pueblo, gente corriendo por todos lados, fuego en cada esquina y una hermosa doncella rubia tendida en el suelo, luego de fracturarse un tobillo. El dragón la mira, ha quedado prendado de sus preciosos ojos azules. Pero en la naturaleza del dragón no existe la delicadeza, ha de tomarla a la fuerza ahora que ella, indefensa no puede hacer nada contra la mole que se le aproxima. No, ni aun cuando el monstruo que masacró a su pueblo se le muestre como el caballero más gallardo y fuerte que haya visto.

Ella grita, intenta zafarse, las lágrimas le cubren los ojos, intenta pedir ayuda, pero a su alrededor no hay más que cuerpos chamuscados. La muerte le llena los sentidos y un dolor inmenso le atraviesa todo el cuerpo cuando el dragón le arrebata su virginidad junto con la ropa.

Entierra así la abominable quimera, su semilla en la doncella, aunque ella no la quiera y aunque a lo largo de su vida, se dedique a renegar de ella.
"

Aún y con todo eso, Ender nació cinco meses después.

Llevó una vida de carencias junto a una madre que parecía despreciarlo. Resistió golpizas, reclamos y reproches por cosas que no entendía. Cuando cumplió la suficiente edad para valerse por sí mismo, salió de aquella casucha que no le proporcionaba satisfacción alguna.

Más tarde y por meras coincidencias se enteró de los poderes que albergaba, de su naturaleza aunque nunca supo la razón exacto ni mucho menos la historia verdadera, aunque bien podía especular sobre ella. También, supo con tristeza que aunque su condición le entregaba poderes magníficos, no era inmortal, aunque envejecería mucho más lento que cualquier humano y que el uso de sus poderes le imponía un hambre insaciable que sólo consiguió amainar con vidas humanas.
Puso en práctica sus poderes con envidiable tenacidad. Tal vez aquella fuera la única y verdadera convicción que haya tenido en su vida. Tiempo después se unió a un grupillo de bandido que asaltaban caravanas de comerciantes, manteniendo en obvio secreto sus sobrenaturales habilidades que siempre les proporcionaban ventaja. Y cuando tuvo el suficiente capital, decidió dejar a su grupo para emprender su propio ”negocio”.

Mas el instinto es el instinto y aunque permanecía incógnito entre los humanos normales, sus necesidades seguían siendo las mismas. Necesitaba consumir vidas y no había cuerpos más llenos de ella, que la de los infantes. Atrabancado y carente de precaución, consumía cuanta criatura caía en sus manos, despertando rápidas sospechas que no hicieron más que acarrearle una nueva expulsión que culminó en desastre cuando se descubrió su verdadera identidad.

Con lo aprendido de sus errores, con una nueva apariencia y en una nueva ciudad, encontró en el comercio el refugio perfecto para sus actividades. Era la mejor manera de ser siempre visto y al mismo tiempo, perfectamente oculto.

El trabajo como “demonio a sueldo” vino después. Tras las innumerables reuniones con asiduos cliente, entre ellos nobles, hombres acaudalados y caballeros de renombre, que entre borracheras confesaban con fervor que serían capaces de pagar con su honor a un demonio a cambio de infinitas victorias. Ah, su “honor” cuando él simplemente podría pedir a cambio el módico precio de unas cuantas criaturas mensuales, por hacerse pasar por demonio.


Extra:
-Posee una casa, que aunque no llega al adjetivo de acaudalada, realmente tampoco es muy pobre. Lo suficientemente espaciosa para guardar sus pertenencias, a huéspedes inesperados y atender sus “negocios”.

-Le gustan los caballos, tiene tres. 2 yeguas y un macho.

-Su paga -obligatoria, ya que suelen ocurrírsele muchas más en el trayecto- consiste en 19 niños menores de un año cada mes y de 7 cabezas de guerreros jóvenes por batalla ganada del clan al que sirva. Los primeros como alimento y los segundos a modo de trofeo para su colección de rostros.
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