Quiero correr desnudo~ -Colectivo-

El clima estaba perfecto. Apenas era mediodía, y el sol alumbraba cálidamente los bellos jardines del palacio de Iranaides. El Hechicero estaba en las puertas, veraniego, sonriente, confiado como quien tiene el mundo en las manos. Estaba completamente desnudo.

-Aaaah... - Suspiró hondamente, con tranquilidad.- Que bien se siente quitarse la ropa de vez en cuando.-

Y empezó a trotar por los caminos del jardín, su cuerpo pálido se movía con agilidad mientras la brisa movía sus cabellos negros como el carbón. En sus ojos rojizos se vislumbraba un leve destello de vitalidad y alegría, mientras gritaba a todos los que veía.

-¡Corran desnudos conmigo!- Y esbosaba una gran sonrisa.

*Iba pasando cuando vio una figura algo extraña moviendose, se acercó un poco, y se dió cuenta...*- Feilikz -*Pensó de inmediato, y se acercó un poco mas, al estar cerca ya de el, un escalofrío le recorrió la espalda, no supo si fue por pena ajena, risa, o ganas de unirse al borlote exactamente, pero deicidió preguntar para salir de dudas*

-Y... exactamente, ¿Qué estás haciendo y porqué?-

*Musitó curioso*

Para sorpresa del Alquimista, Sirius lo tomó de la muñeca, obligándolo a trotar con el.

-¿No es evidente, viejo amigo?- Le dijo con una sonrisa muy diferente a su mueca cínica y seductora. Se veía tranquilo, pero no calculador. Alegre, pero no como si estuviera borracho. Estaba al natural.

-¡Quiero correr desnudo en el jardín!- Exclamó con alegría- ¡Y tu me acompañarás, que todos me acompañen! ¡Todos corramos desnudos por el jardín!-

Soltó a Marte y siguió corriendo por ahí, dando saltitos, completamente... en bolas.

Era un día perfecto y hermoso para entrenar por la mañana, y nada mejor que hacerlo transformado en lycan. Había estado persiguiendo animales veloces para ver cuán rápido podía correr tras un largo entrenamiento, cazando, y vagando por ahí aprovechando que, en su transformación, era muchísimo más ágil que cuando en su forma humana, a pesar de que aún sin transformarse era bastante resistente y veloz.

Claro, no todo era color de rosa. Luego de transformarse inevitablemente su ropa se había roto y para conseguir su "repuesto" tenía que ir por un largo camino, y eso incluía pasar por entre la gente así como estaba. Pero... ah, que más daba, era un ladrón con malísima fama de vago, estafador, poco trabajador, ect... tan mala, que ni siquiera andar desnudo por ahí podría arruinarlo más.
Se decidió tras tomar una gran bocanada de aire a ir lo más rápido posible a su refugio en donde estaban sus cosas. Pero tras no haber hecho ni un octavo del camino, se encontro con un tipo que, como él, iba completamente desnudo... solo que éste andaba por ahí gritandole a la gente que se le uniera en sus locuras, pareciendo un completo desquiciado... y de seguro lo era.

...Cosa que le agradaba al pelirrojo! ¿Un poco de libertinaje una vez en la vida no estaba mal, no?...Le importaba un bledo lo que pensaran de él los demás, así que con total tranquilidad comenzó a correr junto al demonio bamboleando sus cositas~ (?) (( perdón no me resisti xDDU! )).
Pero entonces vio al humano y, sin querer meterse en asuntos ajenos, siguió corriendo dejando atrás al otro loco... sin siquiera ver su camino porque al sonreír cerraba los ojos como el completisimo idiota que podía llegar a ser a veces.

El sol estaba radiante aquel dia. Nara, recien llegada luego de pasearse por Renais, habia dejado a su mascota descansando en una de las posadas de la ciudad, mientras ella habia decidido caminar un poco por alli.

Llevaba tan solo un vestido naranja con flecos, comodo y liviano, perfecto para la ocacion. Con algo de picardia se dirigio a la plaza, a una zona bastante apartada de la gente, el sol estaba divino y era dificil resistirsele, segura de que estaba sola, se quito el vestido y el restod e la ropa, dejando que los rayos solares acariciaran completamente su piel en un sentimiento maravilloso.

Pero la paz no duro mucho....unos pilluelos se habian escabullido tras de ella, tomando su ropa y hullendo. Para cuando Nara se percatara de ello ya era demaciado tarde. Su rostro estaba colorado de ira y vergüenza. Si volaba, todo el mundo tendria una vista panoramica de su cuerpo, si se ocultaba, quizas tendria una oportuidad de regresar a la posada por ropa. Que tonta, la primera vez que se le ocurria una locura comoe sa y asi terminaba. Cubriendos la parte delantera con sus alas, se ocultaba entre las cosas, la desventaja era que su espalda y parte trasera quedaban ahora al descubierto completamente.

Cual fuera su sorpresa al ver a un hombre corriendo desnudo en la plaza e invitando a otros a imitarle, y peor aun, cada vez mas gente llegaba. Mas roja aun, podia ser muya trevida y todo, pero jamas habia visto a un hombre desnudo y jamas uno la habia visto a ella, sin decir que los deseos de que se la tragaran la tierra eran cada vez ams fuertes.

*Al ver tal situación e invitación, recordó ciertas cosiñas, que, a su parecer, eran buena terapia para salir de su tristeza, así que, tras un "Ingesu ma.." se despojó de toda vestimenta, y corrió hasta emparejarse con Sirius*

-¿Qué tal? ¿A qué te recuerda, camarada?-

*Le dijo entre risas a aquél que alguna vez consideró su amigo*

El Hechicero se rió con ganas mientras se le columpiaba el chorizo con cada paso.

-¡Es como cuando estabamos en la universidad!-

Entonces vió pasar a su lado a un pelirrojo corriendo a toda velocidad, y le gritó con muchos ánimos.

-¡Oye, no tan rápido!¡Todos al mismo paso, y aplaudiendo!-

Y dicho y hecho, el extraño hechicero comenzó a aplaudir mientras reía a carcajadas, al ritmo de su "metrónomo" natural.

Reía por lo bajo, incluso llegaba a lagrimear por la mezcla entre el viento que golpeaba en sus ojos entrecerrados y el ataque de risa que comenzaba a invadirlo. Sin saber porqué, el hecho de andar por ahí liberado de toda prenda y cosa material lo hacía sonreir. Se sentía libre, así como de seguro siempre estaban sus ancestros, e incluso los mismos lobos. Ah, si la sociedad no los obligara a todos a llevar esa incómoda ropa.

Hundido en sus pensamientos un tanto incoherentes siguió corriendo velozmente, porque a pesar de lo que había oído que decía el otro hombre, él no acostumbraba avanzar tan lentamente, pues así se cansaba a sobremanera. Pero tampoco era bueno andar rápido si se estaba tan distraído, como Kaoru, que a causa de eso no se dio cuenta de que se metía entre unos matorrales sin poder evitar sentir que algunas ramitas raspaban su abdomen, aunque sin esperar más que eso. Pero para su desconcierto, sí había alguien más allí, con quien chocó y fue a parar un par de metros más lejos tras rodar por el suelo.
Efectivamente, había chocado con Nara y la había tumbado también... aunque el idiota seguía riendo infantilmente, tirado allí con los brazos a los costados, de espaldas en el cesped e hiperventilándose debido al ataque de risa.

Nooooo, no podia tener tan mala suerte. A una velocidad inhumana un joven tambien desnudo corria hacia ella sin darle posibilidad de apartarse en ningun momento. Un fuerte choque que la tira al suelo, dejandola al descubierto y en una posicion bastante comprometedora mientras escuchaba la exitada risa del chico un poco mas apartado de ella.

-Mi cabeza...mie espalda...mi...o/////////o- comienza a quejarse para luego volverse a cubrir con las alas, aferrandose con fuerza a ellas con el rostro completamente rojo mientras pensaba una buena rusta de escape. Se trataba de hacer chiquitita, de mimetizarse con ele ntorno, pero era en vano, la gente miraba curiosa la escena creada en el jardin y ella ya estaba metida en ella.

Fulmino con la mirada al chico que la empujo, aunque tambien se notaba por mucho lo apenada que estaba. Camina casi arrastrandose hasta el centro de la plaza, buscando cruzarla sin hacer ruido, rogando que nadie prestara atencion en ella. Jamas hubiera creido lo lejos que podia estar una posada en un momento como aquel.

*No podría creerlo... NARA, su bello angel ahí, lo cautivó la belleza de su cuerpo desnudo, dejó la risa por un momento, y al ver como se ruborizaba y apenaba, se acercó a ella, sonriendole como siempre, y le tendió la mano*

-Nunca pensé que nos vieramos en esta situación, ven, toma mi mano, vamos, no te apenes, o le quitarás lo divertido-

*Decía entre risas*

Sirius sonrió ampliamente al ver la escena, seguía aplaudiendo y miraba como otras personas se unían a su caminata al natural por los jardines del palacio. Y tan pronto se cercioró de que Nara había tomado la mano de Marte, el Hechicero tomó la mano del Alquimista y los jaló a ambos para reanudar la marcha.

-¡Vamos, todos juntos, con ritmo!- Y siguió aplaudiendo mientras se reía de gusto.

Se tuvo que tomar unos segundos para respirar profundamente y calmarse, intentando recuperar aire tras todas esas risotadas despreocupadas. Finalmente pudo enderezarse y sentarse sobre el cesped, con una pierna extendida, la otra un poco doblada, y las dos manos sobre el suelo. Su cabello estaba alborotado, con algunas hojitas entre éste.

-¡Lo... Lo siento! -Exclamó desde su lugar a la muchacha, con un dejo de desespero; porque la verdad no había tenido ni las más mínimas intenciones de que aquello ocurriera. Simplemente, había sucedido así como así igual que cualquier otro accidente.
Luego de sus disculpas tal vez demasiado cortas, se puso de pie y se estiró, con las manos detrás de la nuca y sacando pecho mientras observaba a sus, ahora, nuevos acompañantes seguir corriendo.
Él por su parte simplemente se quedó allí quitandose ramitas del pelirojo cabello, esperando ver qué hacían los demás.

-Es que yo....jamas...yo no...- se escusaba completamente avergonzada, deseando decirle que ella jamas habia echo una locura como aquella y que no estaba en sus planes hacerlo nunca. Pero por lo visto no tuvo oportunidad de nada, le tomaron de las manos y la arrastraron a correr tambien, mientras intentaba que sus alas le cubrieran por delante, por detras...y al final de cuentas no lograban cubrir nada completamente bien, insinuando mas de lo que lograban mostrar efectivamente.

Que vergüenza santo cielos, jamas habia estado con nadie intimamente y ahora estaba desnuda frente a todos, corria ahora con la esperanza de volverse un manchon borroso, ahora la idea de salir volando noe ra tan mala, pero al menos las alas le cubrian de algo. Peor aun,e ra la unica chica entre ellos.

Y ellos se veian tan comodos y felices, nada que ver a la muchacha que luchaba por mantener su dignidad oculta como pudiera, estando cada vez su cuerpo mas rojo por la misma pena.

-No te preocupes, Nara, no te pasaraá nada ^^-

*Le brindó una cálida sonrisa, tratando de darle seguridad, y seiguieron con su camino*

-PEro, si intentas volar llevame contigo-

*Y siguió corriendo*

-Tienes razón Feilikz, como en la universidad, solo faltan los seguidores atrás de nosotros, junto con los maestros y el rector mentándonos la madre, y... qué mas

La pequeña estaba sentada bajo un árbol, leyendo un libro de caballerías, hasta que a sus oídos llegó un alboroto. Miró, y en instantes se ruborizó por completo; Marte, junto con varias personas, iban corriendo sin ropa.

-Se... ¿¡Señor Marte?!- Gritó escandalizada, incapaz de quitar sus ojos cafés e inocentes de la extraña escena- ¿¡Pero qué está haciendo?!-

Estaba tan asustada que no se dió cuenta que le corría un hilito de sangre de la nariz.

Kaoru, como veía que no le prestaban demasiada atención, terminó por limpiarse el rojizo cabello para comenzar a mirar a los lados con curiosidad. Algunos hilos de sangre recorrían su abdomen, debido a pequeños cortecitos que se había hecho al pasar por entre los arbustos, pero que ni siquiera sentía y por lo tanto le restaba importancia.

Mientras divisaba su al rededor, pudo notar a una niña nerviosa que estaba en las cercanías, con un libro en la mano; y sin dudarlo demasiado se acercó a ella, olvidando el hecho de que, estando desnudo, muy probablemente la pequeña se asustaría.
Para no aparecérsele de frente tan repentinamente decidió, erróneamente -ya que seguro así la asustaría peor- rodear el árbol y aparecérsele por detrás. Sin siquiera tocarla, solamente asomó la cabeza por sobre el hombro de la niña para mirar el libro con curiosidad infantil.
-¿Qué lees? -Murmuró, con tono aniñado. Por su cerebrito ni siquiera se pasaba la idea de que la castaña podría exaltarse.

-No...no me preocupo >////////<- contestandole algo apenada a Marte, intentando parecer que aquello no le importaba.

Con la vergüenza que tenia, no podia ni mover un poco las alas, y a medida que corria su cuerpo entraba mas en calor, tomando tonos mas calidos, pero el calor era mas del normal. Una idea cruzo por su cabeza, la unica que se le ocurria en ese momento.

Acercandose cada vez mas a una fuente mientras corrian, se lanzo al agua, zambulliendose en ella y dejando que el vital liquido le refrescara. El agua de la fuente le llegaba hasta el cuello estando parada, a pesar de que el liquido fuese demaciado transparente, se sentia un poco mas comoda alli y no tardo en comenzar a nadar sin demaciada preocupacion, pero dispuesta a cubrirse si alguien se acercaba mucho. No se creia linda en ese estado, siempre le habian enseñado que la desnudes del cuerpo solo deveria otorgarsele a un amado, y ella aun no allaba ninguno.

Relajada en donde se encontraba, arriba de un arbol sentada en una de las ramas mas resistentes, respirando aire puro del lugar, alrededor del bello palacio que se podia mirar desde donde estaba. Escuchaba los relajantes sonidos del lugar...hasta que escucho unas voces de personas.

Dirijió su mirada hacia donde provenian los sonidos....provocando esto un ligero rubor, no solo en sus mejillas, sino que en su rostro entero. Personas desnudas, tanto hombres como mujeres alli, hablando, conversando, jugando.

Era algo extraño...bueno...algo no, COMPLETAMENTE extraño. Sin embargo, la joven de cabellos morados se bajo del arbol, sacandose el vestido blanco que llevaba detraz del arbol en donde se encontraba, para luego taparse con su cabello...pues como dicen, a donde vayas, haz lo que veas...o bueno, lo que te parece divertido...aunque realmente, Danielle es alguien solitaria, a pesar de que es alguien muy alegre, por lo que la curiosidad es algo que posee demaciado en ella.

*Mientras seguía con el paseo, alcanzó a ver a una chica, de cabellos púrpuras, que parecía estar en cueros también*

(De seguro nos vió, o... quizá coincide con la ocasión, en fin)

*Pensó el alquimista mientras se le acercaba, llegó hasta ella y le saludó*

-¿Te unes al paseo?-

*Musitó entre carcajadas y un gesto tan alegre que parecía ajeno*

Aaah~ ...Pereza... ¡Qué pereza! Ese maldito cuerpo de neko le hacía gastar muchas energías, cada día era más, y más perezoso cual gato faldero; no tenía ganas de hacer nada, solo quería dormir y comer... Aah~ que horror.

Se la pasó toda la tarde del día anterior vagando lentamente por aquellos lares, y había dormido entre unas flores en medio del jardín toda la noche y gran parte de la mañana hasta la llegada del medio día, cuando voces lejanas lograron despertarlo, para su mala suerte.
Con lentitud, se asomó por entre las flores, mostrando antes que nada sus orejas negras en alto. Su larga y afelpada cola se meneaba con lentitud, como un felino cualquiera. ¿Quien ozaba despertarlo tan temprano?.
Divisó entonces a lo lejos a un grupo de personas correteando por ahí... ¿Desnudos?... Parecía divertido, la vida libertina seguramente era bastante relajada.
Sin pensarlo dos veces se quitó la ropa -una camiseta negra y bermudas grises, pues andaba descalzo debido a que no podía ponerse zapatos a causa de las garras de sus pies- la dejó a un lado y se levantó, alzando primeramente los brazos para desperezarse.

Miró a lo lejos a una mujer... Una de hebras castañas que se había lanzado al agua. ¿Y qué mejor para volver a estar lúcido y quitarse la resaca que un buen chapuzón? ...Animoso y apresurado corrió hasta aquella fuente, y de un gran salto se metió de "bomba" en aquel lugar, cayendo justo al lado de la muchacha.
Podía parecer neko, pero le encantaba el agua.

Off Topic: ...no manches Sirius, te mamaste x'DDDD Me recordaron algo como esto:

Spoiler:

Y sí, nadamás a eso vine, mi personaje es demasiado amargado/meko/whatever para correr desnudo por el jardín x'D

Desplegaba sus alas por la superficie del agua, relajandose a pesar del lio que armaban divertidos el resto, corriendo desnudos de un lado a otro. Cerro los ojos y se dejo flotar sin que ninguna parte "importante" de su cuerpo saliera a flote. Pero algo la asusto de golpe.

Alguien habia saltado a manera de bomba en la fuente, probocando que se ahogara un poco. Inconcientemente se paro, comenzando a toser y sin darse cuenta que exibia sus pechos al estar tan erguida. Una vez sintio que no se ahogaba se percato de la precencia, toda ruborizada, sumergiendose completamente, nadando subacuatica para esconderse detras de la estatua de una sirena que se hallaba en el medio de la fuente.

Toda ruborizada, se asomaba detras de ella para descubrir a un hombre-gato desnudo que tambien habia decidido tomar un chapuzon.

No podia creerse tan timida, pero jamas se habia planteado en una situacion donde la ropa noe stuviera de por medio como algo habitual. Si estuviera mas segura, seria mas agradable y social..pero esto era demaciado >//////////////<

La pequeña volteó al escuchar la voz, solo para toparse casi de frente con la zona púbica del pelirrojo. Sus ojos cafés y redondos se abrieron desmesuradamente por la sorpresa y la pena, mientras otro hilo de sangre se le salía por la nariz. Se tapó la cara y gritó con toda la fuerza de sus pulmoncitos.

-¿¡Qué está pasando aquí?!-

Y al levantarse para correr, su vestido se atoró con una rama del árbol. La fuerza con que la chiquilla se levantó para huir, y el estado endeble de su vestido de huérfana volvieron lo indiscutible en inevitable: Al romperse su ropa, ella quedó desnuda, a excepción de sus botitas cafés.

-¡¡Kyaa!! ¡¡Nooo!! -

Y aprovechando el tamaño de su libro, se cubrió sus pequeños y redondos pechos, que apenas crecían, mientras se acurrucaba en el suelo para no dejar que los demás vieran su intimidad. Está de más decir que la chiquilla se moría de la vergüenza.

Incrédulo, y casi con una expresión "o__o" se quedó viendo a la pequeña niña que gritaba con todas sus fuerzas, y se hizo un paso hacia atrás, aturdido por su vocesita chillona.
Pero no tardó en ver la segunda escena y no pudo evitar dejar salir de entre sus labios una carcajada algo inocente y burlona.

Se irguó, llevándose las manos a la nuca y dejando ver su cuerpo con total naturalidad.
-¡Muy bien, ¿Decidiste unírtenos?! -Cuestionó con inocencia, caminando hasta donde la niña y tomándola de una mano, dejando que sostuviera el libro con la restante.
-¡Suelta eso y ven a correr! ^w^ -...El muy idiota aún no se daba cuenta de la situación tan bochornosa que estaba soportando la niña.

Aquella voz que escucho la joven de cabellos purpuras, mirando al dueño de esta, siendo un joven de cabellos cafes, notando aquella sonrisa que portaba, ademas de escuchar atentamente a lo que decia.

Él estaba preguntandole si se unia a aquel paseo... realmente no tenia la menor idea de que hacia, pero alegremente, levando uno de sus brazos al aire, mientras sonreia inocentemente, para luego responderle con aquella voz dulce y suave:
-Claro, supongo que sera divertido ^0^.-
Le miro un instante directamente a los ojos, para luego tomarle uno de los brazos, abrazando este, simplemente con aquella actitud de niña que poseia Danielle, imposible de hacerla desaparecer.