Y así es cómo se elimina a un Dragón? (Libre)

Y quien se ocultaba para espiarle parecía no ser otro que un adolescente con hormonas exitadas, o eso aparentaba el chico pelirrojo que no se mostraba mucho menor a ella. Pero la pregunta mortífera le hizo suponer que quizás el joven era mucho mas de lo que aparentaba también.

-Que soy??- dice sorprendida con una mueca burlona en su rostro mientras se disponía a nadar algo en el manantial, aprovechando también a ocultar sus atributos de los ojos curiosos -pues soy un conejo, no ves mis orejas??- responde irónica, burlándose del joven haciéndole parecer un ingenuo, riéndose divertida.

-La verdad es que soy humana, no soy una diosa, ni un demonio ni nada de esos delirios- sin dejar de reír, moviendo su cabellera con fingida humildad, se conocía bien el papel que debía actuar si deseaba vivir la vida que venia disfrutando, y ningún mocoso le descubriría con tanta facilidad.

-Si quieres, llámame Fawne, o hermosa dama Fawne, aunque sea mas largo- no dejaba de tomarle el pelo, riéndose divertida mientras el joven se acercaba a tomar agua, escuchando el comentario que hacia el pillo, con na puntearía de temer, lanza la manzana a la cabeza del chico, con la intención de hacerle perder el equilibrio.

-Con ese comentario, se diría que eres e perder la educacion bastante aprisa- burlándose de como el joven se olvidaba tan facilmente de la cortesía en sus palabras, sin duda el actuar no era su especialidad.

La manzana pasó por su cabeza y el equilibrio no le acompañó, la gravedad lo atrajo a la tierra haciendolo caer al agua. Salpicando a la hermosa joven quien reia a gusto.

La verguenza llenó sus mejillas de carmín. Que odioso era ser un humano, las verguenzas eran cosa diaria y esa estupidez de andar en dos patas y de sonrojarse... ¡Arrgh! Que miserable era como humano, cuanto añoraba volver a ser lo que era antes. Así se estaba martirizando cuando la risa de la joven lo trajo de vuelta.

Reir... Los dragones no lo hacían a menudo. Eso si valía la pena. Se sentó en el agua y comenzó a reirse de si mismo, despues de todo, la situación completa era su culpa ¿o no?
-Lo siento, no estoy acostumbrado a ser muy cortés, viví mucho tiempo lejos de la sociedad...- Hizo una pausa con un tono melancólico más sin problema reanudó su hablar con una voz melosa y aterciopelada como un minino -Pero tú sabes de eso, ¿o me equivoco? Porque es obvio que un conejo no eres... yo diría que es algo con alas, ¿y talves escamas?

Soltó una pequeña risa y se hundió en el agua para refrescarse, luego, sin el menor pudor se desvistió, cogió sus ropas y comenzó a lavarlas. La manzana con la que le habían atacado, flotaba a su lado, tanta hambre había sufrido que le pareció un festín. Y así se quedó, lavando y comiendo mientras esperaba la reacción de la peliazul.

La risa de la joven no parecía querer ceder, aquel muchacho podría llegar a divertirle bastante, cayó al agua de forma bastante cómica, tornándose su rostro casi tan rojo como su cabello, por lo visto al chico le costaba relajarse, sintiendo vergüenza antes de poder aceptar la broma y reír sin problemas.

"Vivir mucho tiempo fuera de la sociedad", pues sin duda algo así se suponía del ver al chico, parecía realmente hambriento, sucio y cansado, pero no por eso le tendría piedad alguna, pues su espíritu se mostraba interesante y aguerrido.

-Alas y escamas?? acaso me estas diciendo bicho raro?? o es algún alago o insulto extraño?? Si me dijeras que parezco una serpiente o un gatito podría considerarlo alago- astuta entre risas, negaría a muerte ser lo que es, además, confundir al chico haciéndole parecer un idiota resultaba un juego por demás grato.

Pero como carajo ese extraño conocía su naturaleza?? solo una cosa podía delatarla, y no había perfume que lograse cubrirle a olfatos muy sensibles, pero sabido es que los humanos carecen de sentidos tan desarrollados, entonces? como era posible que aquel pelirrojo sospechara de ella?

Su acompañante comenzo a asearse también, mientras devoraba la manzana con avidez, si el chico quería podría comer mas, aquel oasis era un buen dador de plátanos, no era difícil encontrar buenos racimos del fruto colgando por allí. La muchacha tomo una roca de la orilla y la lanzo hacia un racimo maduro que tan solo necesitaba de una pequeña ayudita para soltarse, cayendo sobre el agua muy cerca del chico, empapándolo por completo.

-Yo invito la cena- dice coqueta bromeando, guiñandole un ojo mientras le dejaba los frutos para el sol, mientras ella seguía nadando, disfrutando de la cristalina agua que en aquellos desiertos carecían.

(Perdón por la tardanza, tengo que mendigarle internet a Kalik xD)

-Más que un gato…mhhh, yo diría que un dragón escupe fuego. Jajajaja – Dijo el muchacho y enseguida agregó para no ganarse problemas –Por lo fiera y hermosa. Los dragones tienen unas escamas preciosas, o al menos la mayoría, y usted es preciosa.

A pesar de que su verdadera naturaleza era la de un dragón, no podía negar que la muchacha como humana era realmente bella, su verdadero instinto era que ella no era humana, pero para seguir molestándole mejor callaba sus instintos. Siguió lavando sus pertenencias mientras la muchacha lo miraba divertida.

No pasó mucho rato antes de que la muchacha cortara un racimo de bananas que cayeron cerca de él, mojándole por completo. Siempre se consideró alguien de buen carácter, aun siendo dragón le encantaba juguetear y bromear, a veces se escabullía para hablar con uno que otro juglar o titiritero, una vez conoció a un funámbulo que contaba muy buenos chistes, ya que ahora era humano y sus esperanzas de encontrar al hijo de la luna o recuperar su nombre se estaban esfumando, tal vez debía intentar encontrarlos para seguir disfrutando de su compañía.
El que la chica tuviera esa clase de humor algo sádico más una muy buena puntería daban como resultado el hecho de lo idiota que se debía de ver ahora, desnudo, empapado y ligeramente humillado, sin embargo, no pudo evitar reír.

-¡Comida!- La felicidad brotó de su voz, sacó unas bananas y comenzó a comerlas rápidamente. Su hambre se sació a las 15 bananas y reposó mirando a la joven. Su aspecto le era conocido, de un templo ¿Pero cuál? Conocía muchos como para recordar fácilmente. ¡Qué va! Algún día lo recordaría. –My lady Fawne, ¿Qué hace una doncella tan linda por estos parajes tan peligrosos?

(Ahora sip, ya te mande mi excusa por PM, ya vuelvo a ser tan activa como antes ;P)

-Hablas mucho de dragones, como si hubieras visto uno, cosa que veo difícil, dicen que son bestias muy reservadas- sonriendo con picardía, con sus ojos destellante buscando encontrar cual era la treta del joven, como se trataban sus conocimientos, a diferencia de otros dragones, ella no mantenía sus sentidos super desarrollados cuando estaba en su forma humana, debía dejar correr al menos una mínima parte de su sangre draconiana en sus venas para que ello ocurriese, pero así le resultaba mas fácil ser una humana cualquiera -Pero me has dicho hermosa, así que te has ganado mi simpatía por el alago- soltando una divertida carcajada, algo coqueta mientras le guiñaba un ojo a modo de juego.

El muchacho sin duda parecía débil, pero sobre todas las cosas hambriento, devorandose los frutos como si fuera el ultimo bocado que tendría en su existencia, perdió la cuenta cuando la novena banana era tragada casi entera por el pelirrojo, dejando a la chica sonriendo suavemente por la manera cómica de la escena.

-Parajes peligrosos??...interesante- sonríe repitiendo parte de la pregunta que se le formulaba mientras estiraba los brazos al cielo con algo de pereza, cubriéndose con el agua como si de un cristalino vestido se tratase -Mas que nada, por diversión, pero también quiero aprender un par de cosas- se sonó los dedos de ambas manos antes de comenzar a hacer señas con los brazos en el aire, de manera suave atrayendo algo hacia ella mientras un suave viento se levantaba a su alrededor, concentrándose poco a poco alrededor de sus cuchillos recién robados, para atraerlos hacia ella flotando en el aire -Bueno, aun soy algo novata, pero que mejor que el desierto para aprender magia de viento?? aquí se encuentran los mejores magos y hechiceros en ello- sonríe tomando ambas cuchillas una con cada mano y haciendo desaparecer definitivamente aquella mágica brisa.

-Ahora mi turno, como terminastes en el medio de la nada en ese estado?? es mas que evidente que no has comido bien en una temporada, y creo que tampoco era tu intención terminar por aquí, me equivoco?- suspicaz, ahora era su turno averiguar algo del muchacho, comenzar el sutil interrogatorio y quizás averiguar como diablos había logrado descubrirla.

¿Por diversión? Qué tipo de psicopata se había encontrado, al menos no le había atacado, porque las dagas que le había aventado eran una advertencia ¿cierto? A eso no se le podría llamar un ataque, era muy fácil de esquivar.

Era curioso el hecho de que una joven sobreviviera a aquel crudo desierto, pero era aun más raro su aroma a dragón (que no podía disimular) y que manipulara los vientos. Pero al ser Mortimer bastante simple, no le puso reparo.

Lentamente el pelirrojo salió del agua y fue en busca de sus principales pertenencias. Estas estaban envueltas en sí mismas formando una bola, las desamarró rápidamente luchando contra los nudos e incluso por poco desgarra una manga de su abrigo.

Se sacudió igual que un perro y comenzó a vestirse (omitiendo el abrigo). En ese momento Fawne emitió la fatidica pregunta. Mortimer no quería responder, pero era muy peligroso arriesgarse a que la muchacha le atacase, meditó durante un momento. Ya que ella mentía ¿Por qué él no podría?


-Bueno, mi querida Fawne. Me encontraba yo, descansando tranquilamente en un bar, pasando la resaca del día anterior, cuando unos gorilas entraron por la puerta y me atestaron un sonoro palo en la cabeza...me desperté vestido en harapos y encadenado de pies a cabeza. Los gorilas eran unos esclavistas, y yo , la nueva adquisición. En cuanto a cual era mi proposito en un principio, busco a un draconiano, a un gaoth o al hijo de la luna. Con cualquiera me conformo, mas mi interés hacia ellos, es privado.- Informó finalmente con sinceridad el ex-dragón, esperando alguna reacción en su acompañante.

Mientras contaba su historia ( que gracias a los dioses que ella no sabia que él era un dragon , pue su verguenza seria tremenda, por su torpe accionar) y se vestía , cogió su espada de hoja roja de entre su abrigo , la cual amarró a su cinto.

No pudo evitar soltar carcajadas con la forma en que el pelirrojo relataba su travesia, al punto de imaginarse a los bravucones como verdaderos gorilas en una situación que a pesar de todo se le entendía como cómica.

-Y como lograstes escapar si es que los gorilas eran tan fuertes?? sinceramente no creo que tu solito salieras de esa- sacándole la lengua con picardía, examinandole con sus astutos ojos como si de un entretenido juego se tratara. algo no cuadraba en aquel muchacho y resultaría entretenido dejar que se descubriera solito. Como dicen, los mentirosos son los mejores descubriendo engaños.

Solo por diversión, y para hacer alarde de sus habilidades ante el muchacho, lanza las dagas al aire haciéndolas girar sobre si, mientras con una ráfaga de viento levanta una barrera de agua entre ambos, dejando que esta apenas transparentara su silueta mientras se vestía al mejor estilo Sailor Moon, quedando parada a la orilla del oasis, a unos metros del chico, tomando las dagas que caían en sus palmas mientras el agua caía como una pequeña lluvia, mientras Fawne sonreía y saltaba con una pequeña pirueta -Me salio fabuloso!!!- levantando los brazos triunfante hacia el cielo.

(Perdon atraso x_X me quito la inspiracion de que el mismo post se me borrara varias veces TwT)

((Perdón por la demora, me atacó un automovil y fui a dar al hospital xD y no alcance a dar aviso, hoy me conseguí un netbook y desde el Hospi toy roleando xD))

Valla, valla, que presumida era esa extraña mujer, a Mortimer le hubiese encantado fanfarronear y mostrar sus habilidades draconicas pero... cada poco de magia le costaba un poco de su vida, ya no estaba dispuesto a juguetear con la magia... o si???

-No, no me salvé yo solo, un hombre me salvó a cambio de que proteja a su hija, el problema es que no me dijo su nombre ni como luce, solo me dijo que era un aguila.- Respondió mientras la muchacha se vestía tras una cortina de agua.

Cuando Fawne salió del agua, vestida. Mortimer no pudo evitar usar un poco de magia (despues de todo estaba algo pesimista y ya estaba a punto de rendirse respecto de volver a su forma natural). Una de sus habilidades era la de crear un ilusionismo en el cual se convertía en una delicada y bella mujer, frente a Fawne hizo esa ilusión y cuando estuvo frente a ella, volvió a ser él mismo y extendiendo su mano le ofreció una rosa hecha de fuego.

Sonriendo de oreja a oreja, abrió su mano y la rosa se desvaneció. Podría haber hecho que durara pero un par de cuernos habrían asomado de su cabeza y Fawne habría descubierto que era él...o tal ves hubiera creido que era un draconiano, pero el punto es que era preferible que creyera que era un hechicero HUMANO. De pronto comenzó a caminar en dirección al cadaver del hombre para ver si encontraba alguna pista sobre su hija, mas que mal un dragón honorable cumple sus promesas y el prometió cuidar a la hija de su salvador.

-Nos vemos, querida Fawne. Gracias por la comida, que los dioses os la pagen- Se despidió mientras se adentraba entre la vegetación. Y para alardear aun más, chasqueó sus dedos y un cumulo de agua salió del manantial y a toda velocidad entró en su cantimplora.