Unas cuantas monedas *Libre*

obrevolaba por la ciudad, junto a su inseparable compañero “vylia” un gran halcón peregrino de color negro, justamente del mismo color de sus alas. Fue cuando su atención fue acaparada por algo increíble.

-¡Woa!- Exclamo el bardo, mirando precisamente lo que parecían ser los restos de un dragón. Y no de uno cualquiera, sino un dragón anciano por el tamaño de aquellos huesos. De un ágil giro descendió, aterrizando justamente enfrente de aquella osamenta, examinándola con curiosidad.

No parecía estar acomodada de tal modo, sino mas bien parecía que la bestia había perecido en ese mismo lugar, y ya llevase buen tiempo ahí, aunque sus restos se conservasen en buen estado. Y que el tabernero llego y le pareció una magnifica idea transformar aquello en una taberna. Vaya, que buena idea había tenido, reconocía que había sido original.

Probaría suerte, asi que saco su lira de su mochila, el halcón se paro su hombro. Si bien, un bardo es algo muy común en aquella clase de lugares, no parecía haber alguno en ese momento. ¡Perfecto! Todo estaba listo.
Se sitio en medio de un pequeño escenario, convocando a aquellos pequeños fantasmas que le ayudaban con su musica. Afino su instrumento tomando algo de aire y comenzó a cantar con una voz fina y melódica:

Hijo del crepúsculo señor de las sombras
Caricia de la luz de la luna
Buscando sabiduría en vez de oscuridad.
Él pronto encontró su camino
Miró a su tirano padre el odiado señor de kalgor
Cerca de la muerte él dejó su castillo
Atravesando el pantano
Él juró las nubes que él nacería de nuevo
Vivir una nueva vida peleando por su nombre
Encima de las colinas de las montañas y valles
Podría alcanzar su cielo
La tierra oscura conocida como “Thalaria” Reino encantado del norte
Allí él encontró el pueblo abandonado
En esa noche sin estrella alguna
Tuvo que pelear la reputación de su pasado sangriento.
Pero ella decidió ayudar
Y pronto su amor hizo de esta su tierra
DRAGÓN NEGRO VUELA ALTO RECOBRE TU PASADO
PERDIDO EN EL FUEGO, EL FUEGO DE ODIO,
EL DRAGÓN NEGRO VUELA ARDIENDO ALTO TU LLAMA ROJA
PERDIDOS EN EL FUEGO CONDENADO
EL FUEGO DEL ODIO
Este día vendrá pronto... tu reino caerá…
Perdido en el sol arderás
¡Quemandote pagando por lo que nos haz hecho a todos!
Orgullo de dragón negro
INTER FULMINA ET EN TENEBRIS
Viene del pasado
MIHI HORROR MEMBRA PERCEPIT
Cabalga en busca de un lejano sol invernal
Trayendo muerte donde encuentra vida
Demonios cabalgan buscando el lejano sol invernal
Trayendo muerte donde encuentra vida
Y cierto que sangre sagrada fluirá
DRAGON NEGRO VUELA ALTO A TRAVEZ DE TU PASADO
PERDIDO EN EL FUEGO, EL FUEGO DEL ODIO
PERDIDOS EN EL FUEGO CONDENADO
EL FUEGO DEL ODIO

Con su bolso colgando de un brazo y abrazando a su mascota en el otro, volaba sobre la ciudad pasando una y mil veces por los mismos lugares como si intentara encontrar una aguja en el suelo desde aquella altura.

-Como puede ser que me perdiera de nuevo?? Atey....-se queja ya resignada, bajando poco a poco hacia la parte mas alta de la taberna que se escondía dentro de aquella coraza de dragón que ya había visto una centena de veces, por los dioses, que fácil era perderse en las ciudades, y lo irónico que en las montañas y los bosques siempre encontraba rápidamente su rumbo. Suspira disfrutando de la brisa que corría en aquel disimulado techo que formaban los huesos y donde aves mas pequeñas también se acumulaban a disfrutar del aire al igual que ella.

Vestía de aquella manera tan peculiar de los suyos, con ropas de cuero y algunas pieles, sobre todo cómodas y a la vez coloridas, sobre todo en tonos naranjas, su color preferido y del cual venia su nombre. Se acariciaba su cabello corto, relajándose mientras intentaba hacerse un mapa mental de la zona, sus peculiares alas eran blancas a no se por una capa de plumas negras que comenzaban a extenderse poco a poco desde la raíz y se infiltraban en su plumaje de manera caprichosa, su piel era clara aunque lucia un leve tostado producto de tanto disfrutar el sol.

El viento poco a poco elevo la música de la taberna a sus oídos, resultaba una melodía peculiar, una historia bien narrada y un verdadero disfrute para los sentidos aunque resultaba mucho mas enérgica y peculiar que lo que acostumbraba a escucharse en tabernas y posadas ene esa época.

Conocida por su curiosidad, no pudo evitar descender del tejado para infiltrarse dentro de la taberna, no era común que las frecuentara, pero al menos podría aprovechar a almorzar algo mientras miraba interesada en el bardo que componía tan singular tonada, no pudo disimular una sonrisa de sorpresa al notar que uno de los suyos era el responsable de aquella obra, un apuesto joven de poderosas alas negras que se desgastaban en un bello plateado. A pesar de ser criaturas viajeras que se dejaban guiar por el viento en sus travesias era raro encontrar dos guerreros águilas en un mismo lugar, pues no era secreto que preferían viajar solos y que resultaban muy territoriales una vez hallasen un lugar que les agradara.