¡Basura! [Libre]

Sus orbes rojizas no se despegaban ni por un segundo del libro, que leía apasionada. Para ella, encontrar algo nuevo para poder estudiar era simplemente maravilloso. Poder instruirse y aprender más, cosa que otro demonio hubiese menospreciado, para la albina era uno de los mejores regalos.

A cada rato pasaba de página con una gran sonrisa, divisando cada oración, cada párrafo con ganas de leer más y más. Cuando, por el rabillo del ojo, miró al humano, quien la observaba en silencio.
Se digno a distraerse por un momento de su lectura, simplemente para pronunciar en voz baja y con una expresión tan seria, que resultaba inclusive cómica.
-¿Qué me ves?

*Al verla, y ver que había notado su serena observación, ríe levemente por lo bajo, con curiosidad*

-Nada, o al menos, nada malo, madame Kirami, solo la contemplaba en su apasión literaria, mientras lees, no es mi intención interrumpir, por eso guardé silencio-

Arqueó una ceja ante la respuesta del humano. Nunca se había puesto pensar en que bajaba la guardia mientras leía. Ni siquiera sabía que su expresión se tornaba calma y amena, pues de otra forma, siempre mantendría el ceño fruncido.
-Como sea.. -Suspiró, recostándo la espalda contra una pared cercana, y volviendo sus orbes rojizas al libro.- ¿Tú no leerás nada?

-Esta biblioteca parece bastante extensa, y tiró usted el libro que yo venía leyendo, el cual ya debieron levantar y reacomodar... asi que-

*Caminó unas yardas, observando todo su alrededor, en seguida posa sus ojos en ella*

-Buscaré algo de necromancia para un estudio, espero encontrar algo de eso aquí...-

-Umh.. -Asintió con la cabeza al oirlo hablar, automáticamente y sin siquiera escucharlo ya que estaba demasiado concentrada en su lectura. No sentía culpa por haber tirado el libro del joven, y le daba lo mismo cuán interesante era aquel.
-Si no buscas no encontrarás.
O mejor dicho "ya ve a buscar el libro y deja de hablar porque quiero leer en paz"... Pero eso era muy largo como para decírselo al humano y a demás volvería a desconcentrase.

-Está bien-

*La observa un momento, y pega una pronunciada carcajada*

-Parece usted muy arisca, señorita-

¡¿Acaso esa cosa no dejaría de hablar ni por un maldito segundo?! ¡Las bibliotecas son para leer, por D..... por Lucifer!
-...Soy una demonio antisocial que tuvo una niñez miserable como todos los de mi raza. ¿Qué esperabas, que vaya por la calle regalando florecitas y besando a la gente?... Ni lo creas.
Suspiró, intentando retomar su lectura... a pesar de que ya se había perdido de párrafo.

*Se sorprende de sobremanera por tales contestaciones de la chica*

(Vaya, es bastante tosca esta chica... pero, se ve tan...)

-Te ves linda así, enojada y desafiante-

*Sonríe con ternura*

-Pero creo que una sonrisa te haría ver aun mas hermosa-

...Un silencio fúnebre se hizo presente en el lugar, que a pesar de ser una biblioteca, nunca había estado tan callada. Por enésima vez alzó los ojos del libro, dirigiéndolos espectantes hacia las orbes del moreno. ¿Q-....Qué mierda se había atrevido a decir?

-Linda... -Repitió en un susurro. La palabra en sí no le molestaba, pero... solo una persona le había llamado de esa manera poniéndola tan nerviosa y haciendo que su frío corazón se acelerara.
Negó levemente con la cabeza, mas prefirió no opinar sobre aquello... pues sabía que si lo hacía, sería a los gritos.

Sin embargo, se tomó la molestia de apenas susurrar algo sobre lo segundo.
-Yo no sonrío. -Dijo entre dientes, clavando su mirada en la ajena. ¿Porqué ese tipo la alborotaba así?

-¿Que no sonríes?-

*Enarca una ceja señalando confusión con la mirada, se comienza a acercar a la chica, y a medio camino tropieza, jala un libro para sostenerse, mismo que le golpea la cabeza*

-Au...-

*Iba a comenzar una oración, pero otros cuatro libros vinieron abajo*

Miro la "escenita" con el ceño levemente fruncido. Bajó lentamente el libro que tenía en su mano, para prestar más atención a las acciones del hombre. ¿Debía de estar de broma, no?

No esbozó ni la sonrisa más pequeña, pues como buena demonio, era una aguafiestas y no pensaba darle el gusto al humano de verla sonreir.
-Si pretendes hacerme reir, deberías incrustarte cuatro espadas entre las tripas, hacerte el hara kiri con un tenedor y empalarte con una estaca de madera. Cuatro libros que te golpean en la cabeza no funcionarán, humano.
Bostezó.

-Mi intención no era esa-

*Se ruboriza un poco, pues lo pasado fue un accidente por su distracción*

-Esque, me desconcentré, presté mas atención a su mirada my lady-

*Se acerca, dejando de lado los libros, y solo la mira*

-Entonces no la forzaré a reír, pero, solo fue un comentario, de igual manera su belleza es despampanante my lady-

-Eh, pues con tu cara de bufón parecía que lo hacias a propósito.
Le daba igual si aquello le hacía sentir mal, pues ella era sincera. Y a veces, la sinceridad podía dañar demasiado a alguien.

Se llevó un mechón de blanquecino cabello detrás de la oreja, manteniendo aquella mirada seria e inmutable. Aunque no lo pareciera, cada vez que el hombre la alagaba de esa manera se abochornaba más, pero en ella era demasiado raro sonrojarse, por lo que seguía pareciendo completamente desinteresada.
-¿Qué buscas haciendo esos cumplidos, pequeña escoria?

-No lo sé, es solo que, su belleza, es excelsa, y yo amo el arte, como tal le puedo decir, que estoy frente a toda una escultura, escultura celestial, monumento del olimpo...-

*Seguía acercándose a la chica, y decide tomar su mano, acariciarla con suavidad sintiendo su tersa piel, y mirarla, ahora sin sonreír, solo mirándola directo a los ojos, no decía nada con palabras, sus expresiones habñaban por el*

Dejó que tomara su mano, y en ningún momento retiró aquella mirada penetrante y fija de la del castaño. Seria en todo momento, amarga, inmutable... Ella era así, desconfiada, ¿Qué se le iba a hacer?.
-Lo lamento, pero... -No, en realidad no lo lamentaba en lo más mínimo- ...El sentimiento no es mutuo.

-No podría alagarme que una cosa como tu me diga eso. Alguien que en tiempo que es poco para mí crecerá, se arrugará, arruinará y terminará por morir con un aspecto detestable y asqueroso, y que luego permanecerá pudriéndose sin poder detenerse. Un ser que con el tiempo caduca y se hace más y más grotesco... Para mí es completamente natural sentirme hermosa al lado de alguien como tú, una cosa tan.. abomibable.
¿Despiadada? Probablemente... O, sincera mejor dicho.
-La existencia humana es demasiado efímera como para tener el derecho de regocijar a un ser que siempre será igual y que nunca se arruinara con la edad...
Finalmente soltó la mano del otro. Tal vez poco de lo que había dicho venía al cuento.. pero como ya dije, ella expresaba sus sentimientos sin temor alguno.
-Reitero.. ¿Qué pretendes conseguir con intentar alegrarme haciéndome cumplidos?

-Ya se lo he dicho my lady, no lo sé... algo dentro de mi me hace hacerlo, y respecto a lo que ha estado diciendo, en primer lugar, por marchitarme, arrugarme y morir no hay tanto problema-

*Seguía inmóvil*

-Soy necromante, además de alquimista, y en esta biblioteca hay mucho material que me puede servir para cuanta cosa busco...-

*Observa mas detenidamente su piel, y detecta suavidad no humana...*

-Y en segunda, ha estado usted mencionando mucho la palabra "escoria" y "basura" además de referirseme como insignificante, y acaba de decirme que permanecerá mucho tiempo, haciendome ver como algo efímero, pasajero... entonces ¿Quién? ¿Qué es usted, my lady?-

Luego de un rato se decidió a apartarse un poco del humano, deslizándo su tersa y pequeña mano de doncella por entre los dedos del hombre y llevándola a uno de los costados de su vestido para limpiarse allí, a pesar de que no había suciedad. Sus cejas ya no estaban tan fruncidas, dando paso a una expresión un poco más calma, pero siempre a la defensiva, seria y antipática.
-Hija de Lúcifer y recidente de lo más oscuro del infierno. Una demonio, solo eso es lo que soy. Nada más.
Explicó en voz baja. No quería que nadie más se enterara ya que podrían traerle problemas, despues de todo daba por seguro que una criatura de su raza no sería bienvenida en una ciudad así. Pero aquel humano no parecía ser una amenaza significativa.

-Y deja de llamarme así, tengo un nombre. -Le molestaba... Aborrecía de tal manera que la llamaran así, que podría hacer un berrinche allí mismo para hacer callar al humano. "My lady".... ¡Mierda! ¡¿Porqué aquella repugnante criatura la llamaba así?! Recordándole tantas cosas tan dolorosas, que se clavaban en su alma como mil estacas... ¿Porqué el humano tenía las mismas actitudes de aquel maldito demonio que hacía años le había roto el espíritu en cientos de pedazos?... Lo odiaba.. lo despreciaba por eso..

-Hija de Lucifer...-

*susurró para sí, y se puso un poco mas serio*

(por sus movimientos y acento, notablemente no le gusta mencionarlo, sin embargo me lo ha dicho así sin mas... entiendo)

-Entiendo, my la.. *Se corrige* Kirami-

-Es solo un decir. Si Luci fuera mi padre en verdad, es obvio que yo no estaría vagando por aquí.

Escuchó como el otro se corregía, y se puso en puntas de pie para dar un par de palmaditas sobre la cabeza del humano.
-Muy bien, perro, aprendes rápido.
Caminó hasta una meca cercana y arrastró la silla hacia atrás para tomar asiento, y así volver a abrir el libro, para buscar el párrafo en donde se había quedado, como si nada hubiera pasado.

-¿Otra vez perro?-

*Puchero juguetón*

-No se vale, pero bueno...-

*la sigue con el libro que había tomado en mano*

-Ahora que recuerdo- *Susurró para si, se acercó a donde ella y se sentó con ella, y luego, acercándose con aires de confidencialidad le habla*

-¿Sabes algo sobre el "Hijo de la luna", Kirami?-

Bueno... Al parecer ya no había sentido alguno en intentar leer con tranquilidad, pues Marte seguía hablando sin parar ni un segundo. Volvió, una vez más, a bajar el libro, y tras un suspiro miró al hombre con desinterés.
-Solo he oído sobre él. Pero nada más, no he investigado sobre eso.
Negó suavemente con la cabreza. Si bien creía en él, simplemente le parecía una estupidez el valor que tenía.
-Pero... dudo que sea cierto, eso de cumplir deseos.

-Vaya, entonces supongo que no tiene sentido tener una conversación al respecto, ¿Verdad?-

*Negó por lo bajo*

-Pero, de seguro hay libros sobre eso en algún lugar de por aquí... Podrías ir y buscarlos.
Y de nuevo, con su indirecta de "lárgate ya". Aún así comenzaba a preguntarse porqué nunca había sentido ganas de averiguar sobre " El Hijo de la luna", y ahora su curiosidad comenzaba a despertar.

-Bueno, por lo visto no te interesa en lo más mínimo...-

*Se dió media vuelta y se dispuso a buscar libros en el estante que estaba a cuatro pasos de ahí*

-Pues, si te llega a interesar, no dudes en preguntar-

-Umh, si encuentras algo interesante tal vez lo hojée.
Tan soberbia como siempre murmuró, buscando el lugar en donde se había quedado su lectura. Cuando por fín pudo dar con el párrafo, continuó leyendo, silenciosa.


[Dios ¬¬Uu Los posts me salen demasiado cortos, disculpa]