Conociendo nuevas tierras -Svernt, Sho, Libre-

Tema: Conociendo nuevas tierras -Svernt, Sho, Libre- Lun Nov 23, 2009 11:02 pm

Era una noche fría y solitaria. Las calles de Iranaides se encontraban vacías, escuchándose sólo el ocasional sonido de esos gatos callejeros que siempre andan rondando, y uno que otro ladrido canino respondiendo al disturbio. La ciudad era iluminada por una bella luz plateada, ya que la inspiración de tantos poetas se encontraba en su apogeo: el brillo de la Luna llena cubría con un fino fulgor a esta urbe durmiente.

En estas desoladas calles, comenzaron a resonar pasos lentos pero firmes. Un joven alto y de cabello castaño, portando una capa que cubría la mayor parte de su cuerpo, camina tranquilamente sin un rumbo fijo, pues su errática trayectoria hace dudar de si realmente sabe a dónde va.

Tras un rato de camino sin rumbo, el individuo divisa un establecimiento aún abierto. Una taberna, como cualquier otra. Es probablemente lo único que se encontraría abierto a esta hora. Algo sediento por su larga travesía, decide dar un paso dentro. En el interior del lugar, se encuentra con lo clásico: vagos, borrachos, ladrones, trovadores, gente ahogando sus penas, muchachas de buen ver dispuestas a muchas cosas, y una que otra persona decente deseando pasar un buen rato. Acercándose a la barra, nota la presencia de un individuo de gran tamaño. Normalmente no le importaría mucho, pero esas orejas puntiagudas, cabello largo y bien cuidado que parece de jovencita y armadura verde brillante le hacen reconocerle de inmediato.

*le da una palmada en la espalda al individuo, luego se sienta en el banquillo que está a su lado* Hey Svernt...

si bien, era noche normal de esas con luna llena y demas ke solo bastan para ponerte de buenas. O kiza, su buen humor ya era asi como saberlo? Esa noche, se habia decidido ir a tomar un trago y kiza, de paso buskar un mapa y continuar vagando, si podra ser divertido vagar por nuevos rumbos pero tambien resulta medio fastidioso cuando te pierdes y terminas en lugares como pantanos y cosas asi.
Pero en fin, para el eran cosas de "todos los dias".. a ke no? La taberna del dragon azul, buen lugar para un trago, abrian las veinticuatro horas y su cerveza oscura era la mejor del lugar, sin duda alguna el mejor lugar para beber, no solo por su magnifica "Fachada" (de hay el nombre) sino tambien por el buen servicio.

Llamo la atencion al entrar si, no todos los dias vez a un elfo en esa clase de lugar, y menos bien sabiendo ke estos caen de un solo trago y ya. Mas este, era la excepcion, de igual y rapida manera ke llamo la atencion esta fue desviada. Tomo un taburete y se sento en el o eso pretendia, ya ke al instante en ke el banco se deslizo sintio un golpe en su espalda, uno no muy fuerte, pero al deslizarse el banco algo leve hacia atras y con la palmada se dio un golpe leve en el pecho, en la barra sin embargo, la armadura le reboto y le pego algo. Se giro para ver al autor de dicho acto ya acomodandose bien en su lugar y se sorprendio algo al reconocer una voz inigualable.

-buenas shinjo- alcanzo a decir- Nadie podia negar ke las entradas de akel individuo eran dignas de "recordarse" o faciles de reconocer.

Sho lanza una mirada al cantinero, quien se petrifica por sus tétricos ojos: Color violeta opaco, sin brillo alguno. Parecen los ojos de un muerto.

Una cerveza oscura por favor...

Su voz grave tampoco ayudaba mucho, pero la buena manera de pedir las cosas hace que el cantinero no se desmaye del susto y proceda a atender el pedido del muchacho. ¿Quién iba a pensarlo? Shinjo bebiendo licor. Uno muy leve, pero alcohol a final de cuentas.

No acostumbro beber mucho, pero supongo que encontrar a un viejo amigo lo amerita... ¿Cómo te ha tratado la vida elfo...? *mira su armadura* ¿Aún buscas cómo quitártela...?

Lo miro finalmente, sin duda alguna el mismo sho ke se habia encontrado hacia tiempo, ironias o no, ninguno habia cambiado casi nada, o como saberlo, sabia bien lo ke akejaba al castaño pero cuando estaba asi era imposible de saber en ke estado se encontraba. Kiza debia dejar de meterse tanto en sus cabilaciones aunke esta vez habia sido algo bueno, mira ke encontral a akel vagabundo... o mejor dicho, mira ke encontrarse ese par de vagabundos en un lugar poco esperado y poco recurrido por ambos como lo era una taberna.

-yo tampoco pero al final aki andamos, y ke casualidad mira ke encontrarnos en este tipo de lugares- Esbozo una sonrisa de lado, una sarcastica(?) realmente, resultaba ironico. El ya habia pedido lo suyo, lo mismo, tal vez lo mejor del lugar, o lo unico ke ambos conocian pero poco importaba. El tabernero trajo las ordenes entregandolas a sus dueños, retirandose del lugar aterrorizado del oji purpuras, no le dio importancia Svernt sabia mas o menos ke tipo de persona era shinjo, al escuchar su pregunta no pudo evitar volver a mirarle de reojo, con una expresion de curiosidad en su rostro. -No, de echo ya no, pude deshacerme de ella, pero se me kedo la costumbre de traerla.-
Era probable, haberse encariñado con akel maldito armatoste, pero ahora ya no representaba un problema, como lo fue antes, ya podia portarla a voluntas. Su vista, automaticamete miro akellos viejos vendajes -Y tu? sigues con lo mismo?- tal ves seria una descortecia o una groseria de su parte preguntar akello pero no pudo evitar el preguntar, a veces era de preocuparse, termino la frase dandole un buen trago a la bebida.

¿Quieres ver...? *amenaza con quitarse las vendas* Te advierto que si se pone agresivo, será tu culpa...

Al ver la cara de horror de Svernt, decide sacar sus guantes y colocárselos. No tenía necesidad de andar espantando gente con el estado horrible de sus brazos. Además, sería disgustante mirar eso y luego dignarse a darle un trago a la cerveza. Necesitarían un estómago de acero para ello.

Nah, sólo bromeo... Es bueno saber que al menos tú ya resolviste tus problemas... *bebe un poco* Yo sin embargo, sigo buscando una solución... Ya le he dado bastante lata a muchos exorcistas y clérigos, pero ninguno ha podido resolver el problema o salir bien librado...

Al decir esto último, Sho sonríe un poco. Pero no es una sonrisa amable. Es su típica sonrisa sarcástica, esa leve sonrisa perturbadora que saca escalofríos a todo el que la mira. Usualmente es mala señal.

Hizo un leve gesto de desagrado al saber ke sho se desataria akella vendas, vamos habia estado en varias guerras y visto cualkier clase de herida fatal profunda infectada etc etc.. pero la de sho... por todos los dioses habidos y por haber! no tenia comparacion con nada ke hubiera visto antes.
Pero no le horrorizaba, lo ke en realidad le frikeaba era el echo de saber ke criaturas como la ke recidia alli andaban por todos lados, si bien no te los encontraras todos los dias (y era bueno) pero saber ke habia casos como akellos... te dejaban sin palabras e incluso te hielaban la sangre.

-No, descuida, con ver la venda fue mas ke suficiente para saber- Dijo trankilo incluso cortes y amable. A lo mejor al otro tampoco le emonionaria la idea de andar exibiendo akella herida como si fuera cosa de todos los dias o algo por el estilo. Sabia ke bromeaba, lo sabia pero el era asi de considerado, ni ke hacerle. De hecho tambien sabia bien lo ke podria ocurrir si descubriese esa herida, y en esa clase de lugares no resultaba nada conveniente. De igual manera, se sorprendo al esuchcar akello

-bah animo, seguro debe de haber una solucion, muy lejana pero debe de haberla- Era triste, pero cierto ojala el castaño le encontrase solucion a lo suyo, pero no debia de sentir lastima, Sho era de esas personas a las cuales no les gustan ke les tengas compasion (o de esa manera le ve Svernt) Callo algo al escuchar lo ultimo limitandose tambien a dar otro trago a su bebida.

*leve sonrisa* No te compadezcas de mí elfo, preocúpate por estar bien, que no sabes cuánto tiempo podrás seguir así...

El muchacho tenía un punto. Svernt estaba tan ligado a los conflictos como él. Nunca sabían cuánto tiempo podrían estar en paz antes de enfrentarse a una situación difícil nuevamente. El silencio no duró mucho, pero fue lo suficientemente incómodo para ambos como para saber que algo debía decirse. Es Shinjo quien inicia la conversación nuevamente.

Ando de paso por aquí... Voy hacia el norte, muy al norte... Dicen que hay un área montañosa muy desolada, pienso alojarme ahí un tiempo... Probablemente pueda purgar al demonio que llevo dentro, pero necesitaré usar las llamas del infierno varias veces... No sería conveniente estar acompañado, así que pienso aislarme un tiempo en ese sitio... *da otro trago a su cerveza* ¿Conoces el lugar...?

La sonrisa se le vino abajo al escuchar akello. -Cierto- Alcanzo a decir ya ke tecnicamente era la verdad? cuantas veces no era con gran facilidad ke se metian en grandes lios?, parecian ser imanes para ellos. Eran mas contadas las veces ke no habian estado peleando por algo, o metidos en alguna clase de problemas... pero al final, resultaba muy gratificante disfrutar al maximo akellos trocitos de paz ke no tenian muy a menudo hacian ke todo el esfuerzo ke todos los problemas y situaciones dificiles, valieran la pena.

Escucho el inicio de la "conversacion" hasta akella pregunta, en ese instante, mantenia el tarro elevado. La cuestion le tomo por sorpresa, al grado de ke el grueso tarro casi se le resbala de la mano, solo ke pudo ser capaz y consciente para atraparlo y no dejarle caer, aun sin derramar el poco likido ke cambiaba.
Mas ke obvio! con akello habia demostrado la sorpresa ke se habia llevado, y no tanto porke sho viajara, el era asi... libre como el viento, kisiera admitirlo o no, el era un peligro hasta para si mismo, era una verdadera lastima... lo ke en realidad le sorprendio fue el echo de ke preguntara si conocia la zona, si... lo hacia, a la perfeccion, despues de todo la mayoria de su tiempo, crecio y vivio alli... akellas tierras ke el otro mencionaba, eran su hogar.

-Renais?- Pregunto de manera incredula, aun no se la creia, no pensaba ke tenia ke volver a hablar de akellas tierras, despues de todo era profujo de ahi, nego levemente y despues suspiro de manera pesada -Ah...- Se llevo una mano masajeandose la sien -Si, las conozco, es mi tierra natal- Realmente no le daba gusto hablar de akello pero ke mas daba.

-Hay una zona perfecta para eso, el lago o el risco pueden servirte para eso y sin llamar la atencion- Deposito el tarro, ahora vacio alli en la barra -Pero, alejate de las montañas suele estar poblado por alli, subiendo un poco mas esta el castillo y obvio antes de llegar el pueblo- miro el cristal del tarro como si este fuese lo mas interesante del mundo ...

La reacción del elfo era bastante notoria. No quería hablar de Renais, ni de nada que se le relacionase. Y sin que Svernt lo supiese, él le entendía a la perfección. Después de todo, están en una situación bastante similar. Tal vez por eso era que congeniaban: tenían muchas cosas en común, lamentablemente ninguna de ellas era muy grata.

El lago o el risco entonces... *se termina la cerveza de un trago* No sé por qué la reluctancia a hablar de Renais, ni me interesa la verdad... Pero gracias por la información...

Sho se levanta, dejando unas cuántas monedas en la barra. Era suficiente para pagar por ambas bebidas.

Considéralo una especie de pago...

El muchacho da media vuelta, pero no se retira de inmediato.

Hay un reino al oeste... Muy, muy al oeste... Rodeado de bosques y terreno escarpado, con montañas resguardándole de las inclemencias del clima... Gaia es su nombre, y he escuchado que ha prosperado mucho en estos años... Si tu situación es como la mía, entonces sabes dónde mencionar mi nombre si alguna vez llegas a pararte por aquél lugar... Si el viento te llegase a llevar allá, ofréceles saludos... Haré lo mismo de tu parte en Renais, si es que se da la oportunidad... Dale mis saludos a tus amigos, diles que espero encontrarles de nuevo algún día... Y tú, trata de no morirte pronto, sufrirá mucho si la dejas sola...

Él sabe que con eso que dijo fue más que suficiente. Svernt entendería que ambos están pasando por una situación similar. Y a pesar de su tosca despedida, el fornido espadachín sabe del aprecio que el muchacho le tiene a él y su grupo. Mientras su capa ondea al ritmo de su paso veloz hacia la salida, sus palabras resuenan en la mente del elfo.

Hasta que el viento me guíe hacia tí de nuevo y nuestros caminos se crucen una vez más...

Observo, como se levanta sin embargo no se lo impidio, le conocia mas o menos, lo suficiente como para darse una idea, de ke ese encuentro seria meramente fugaz. Sonrio de lado, sho respetaba su desicion de no hablar y en punto agradecia eso. Tal y como el pensaba, habia tantas cosas en comun, lastima ke estas, no eran como para reirse o pasarsela bien una tarde o algo por el estilo... era todo lo contrario, pero habia una cosa mas en la ke ambos coincidian y eso era en ke por una o mil razones... nunca se darian por vencidos asi de facil, y sin sikiera pelear... no lo harian, ni tenian pensado hacerlo.

-No era necesario- Musito cuando el humano menciono lo del pago pero bueno, ni ke hacerle. Vio como sho daba una vuelta, algo importante deberia de estar por mencionar, el no se detenia asi de facil. Escucho sorprendio, alegre y hasta atento akello, una buena despedida, mas no tuvo tiempo de despedirse, el otro era demasiado rapido para su gusto.

-Hasta ke el viento haga ke nos encontremos de nuevo- Murmuro con una sonrisa de lado mas por la ultima frase, no le iba a dejar sola. El no era un mal muchacho, las almas buenas siempre tienen ke sufrir un sin fin de duras y arduas pruebas, solo deseaba ke encontrase una solucion pronta a su problema.
Se kedo alli en su lugar, casi inmovil, recordando una vez mas los viejos tiempos... tal vez peores, tal vez mejores.. como saberlo? pero de pronto fue capaz de escuchar a la lejania el baruyo de ls ebrios de la taberna durnate la estancia de sho, era como si el sonido de alrededor se hubiese apagado.

-jeh.. tengo la impresion de ke nos volveremos a ver, muy pronto-

» Nuevas Tierras (libre)
» Melodía Armoniosa (Svernt)
» Pos libre ~