Una risa llegó a los oídos de aquella joven de cabello cobrizo. Un hombre de cuerpo atlético, vestido a la usanza hindú, se le acercó con una amistosa sonrisa en su rostro de asombrosa belleza varonil.
-No está bien que asustes así a los pequeños-
Los azules ojos de Kalimán miraron de pies a cabeza a la muchacha. Alta, delgada y con una venda cubriendo su ojo derecho. En su espalda cargaba una temible hacha conocida popularmente como "Bardiche".
-Perro por lo visto... Va muy en serrio que erres una cazadorra de espectros y demonios.- Dijo sin perder su sonrisa amable y amistosa.
-Si estás muy hambrrienta, te invitarré a comer.- Dijo de manera galante y caballerosa- Estoy de paso en esta ciudad, y al escuchar lo que le exclamaste a ese pequeño, has picado mi curriosidad.-