Un encargo a domicilio. [Libre]

Estaba en su casa, trasteando entre cientos de tarros de cerámica y vidrio, buscando un poco de ungüento antiinflamatorio y antiséptico y una mezcla de hierbas calmante, que sirviera como analgésico... El estropiciio que estaba formando era tal, que incluso desde la calle se oían los tarros chocando unos con otros, y un par de veces sonó un gran... "¡¡¡SPAAASH!!"... y cristal roto... con lo caro que es el cristal...

- ¡¡Mamá!! ¡¡Me voy a entregar el pedido!! ¡¡Y Salem, no hagas de las tuyas!! - Gritó desde la puerta mirando hacia dentro, con una riñonera de pieles atada a la cintura donde guardaba la mezcla de hierbas y el ungüento, además de algunas monedas.

Iba de camino a casa de un señor a quien unos bandidos habían asaltado, robado, y herido, pero aún así caminaba a paso lento y muy distraida, por lo que terminó topándose con una persona. Automáticamente se llevó las manos a la riñonera para que no se cayeran sus cosas, ni tampoco le robara.

- Esto... perdone... No prestaba atención por donde iba... - Se disculpó con la cabeza gacha y su cola completamente muerta, colgando como si no tuviese vida.

El duelo con la paladina le habia dejado muy herido. aquel caballero oscuro, siendo ayudado por el joven que acababa de salvar, se alejaba del lugar de la contienda mas que satisfecho, pensando que este viaje que habia hecho desde sus tierras en el norte habia valido la pena, cuantos mas guerreros dignos y fuertes hallará en esta nueva tierra?? es lo que se preguntaba de vez en cuando.

con su brazo derecho alrededor de los hombros de aquel joven que se hacia llamar Kaleb, Black Hound se apoyaba para poder caminar por Odizah, aparentemente el dúo se dirigia a la humilde casa de Kaleb, para poder atender las heridas que habia ganado hace unos momentos.
Enfundado de pies a cabeza en una oscura armadura completa, con un yelmo que cubria la totalidad de su rostro y facciones, su respetable altura y las multiples púas que su armadura presentaba solo acentuaba la apariencia intimidante que tanto le caracterizaba. curiosamente, en un extraño giro del destino, el duo acabo topandose con una singular joven, portadora de algunas pieles y un ligero olor a hierbas medicinales, inconfundibles para Kaleb quien sabia algo de medicina y primeros auxilios.

"Descuida niña, no te lastimaste ??" pregunta Kaleb despues del pequeño percance.

Mirando hacia los pies de la persona con quien había tropezado se dio cuenta de que había un par de pies de sobra, uno de ellos embutidos en unas grebas negras, y parecían no estar soportando todo el peso de su dueño.

Sus ojos fueron alzando su mirada lentamente, para su suerte había tropezado con el chico que no llevaba la armadura, porque si no se habría hecho daño pero fijo. Una vez sus ojos se encontraron con el dueño de las palabras que estaba escuchando respondió.

- No, tranquilo. Tuve suerte de tropezar contigo... jeje. - Dijo bromeando, hechándole una mirada al caballero de metal... dándose entonces cuenta de que podría estar herido, por el hecho de que estaba dejado caer sobre su aparente compañero.

- ¿Se encuetra bien? ¿Necesita yuda? - Dijo con cierte deje de preocupación en sus palabras, y con unos ojos algo curiosos, intentando entrever el rostro del guerrero a través de yelmo, sin conseguirlo. Su cola se comenzaba a mover muy lentamente, balanceandose de un lado a otro por lo bajo, como signo de curiosidad.

El pequeño percance no paso a mayores, y la niña con la cual el dúo se tropezó parecía estar bien, entre tanto, la peculiar cola de la niña no paso desapercibida para el caballero oscuro, quien al parecer la observaba detenidamente mientras se encontraba recargado sobre Kaleb.

Viendo lo que cargaba la menor, y al juzgar por el aroma, Kaleb se dio cuenta de que la niña podría ayudarles con su compañero, así que consultó con él en voz baja “que dices, hound? Ella podría ayudarnos” “ no estoy seguro, podría descubrirlo” y así comienzan a discutirlo unos pocos segundos antes de por fin darle una respuesta a la inquieta y curiosa niña.

Mi nombre es Kaleb pequeña “eres curandera, cierto?” “crees poder ayudarme con mi compañero?” le dirige el muchacho a la vez que ayuda a aquel caballero oscuro a sentarse en una banca cercana.

Usualmente Black Hound se habría rehusado a ser atendido por alguien que no fuera Kaleb, no por orgullo o privacidad, sino por seguridad a las personas, poseía un poder tan inmenso que necesitaba ser contenido dentro de esa oscura armadura, y atender sus heridas sin removerla terminaba por complicar aun mas aquella tarea. Sin embargo la energía espiritual que la chica emanaba capturó la atención del guerrero oscuro, y sobre todo de aquel ente que residía dentro de él.

“Cual es tu nombre?” le preguntó

Seguía observando inquisitiva al hombre de negra armadura, mientras su cola iba, poco a poco, volviendo a su espado pasivo. Notaba que la fuerza de aquel hombre era muy superior a la suya, aunque su curiosidad por saber sobre él, y su aspecto, no se disimulaba en lo más mínimo. Pero de un momento a otro, las voces de ambos susurrando llegaron a sus agudos oidos de Daimah, cuyas orejas se movieron casi sin que se notase debajo de su gorro... pero tampoco lo habia oído muy bien.

Cuando el acompañante le dirigió la palabra, salió de su burbuja de curiosidad, y practicamente se sobresaltó, y su mirada se dirigió a Kaleb.

- ¿huh? Si, si, claro. En lo que a medicina se respecta, soy la mejor... jejeje - Dijo con cierto tono de broma, pues aún sabiendo que era muy buena, sabía que por ahí habría mejores médicos que ella. Entonces volvió a desviar su atención hacia el señor de negra armadura.

- ¿Mi nombre? Luz de Luna Flores... Pero pueden llamarme Luz. - Dijo con una sonrisa en sus labios. - ¿Y vosotros? ¿Cuales son vuestros nombres? -

Kaleb rie un poco, al ver la expresion de curiosidad que aquella niña les dirigia, y procedio a contarle un poco de lo que les habia ocurrido.

"Como ya sabrás, mi nombre es Kaleb, Kaleb Esnir, y mi compañero es Black Hound. de hecho no tiene ni un dia de habernos conocido, en la mañana hubo un alboroto en la plaza principal, un grupo de rufianes quizo atracar a una carroza, despues, una de los paladines en servicio llego a la escena a hacerse cargo de ellos, uno de los bandidos trató de ganar tiempo tomandome como rehén mientras pasaba por ahi, y fue ahi donde Black Hound me salvo la vida, luego de su duelo con la paladina regresé al lugar del encuentro para sacarlo de ahi y ahora nos dirigiamos a mi humilde casa".

luego de que el muchacho terminara de resumir sus andares hasta entonces Black Hound agrega "Practicamente soy nuevo en ese reino, y he decidido contratar a Kaleb como mi guía" al hacerlo una de las hombreras de su armadura termina por caerse, resultado de la dura contienda que tuvo hacia unos momentos, revelando por debajo el golpe de una espada que si bien ya se encontraba vendada la leve hemorragia aun no cerraba.

"Esto es solo parte de lo que te llevas siendo un guerrero, asi que no sigan mis pasos si no estan preparados" agrega dirigiendose a los jovenes, tratandoles de distraer un poco de dicho panorama.

Escuchó atentamente la historia que Kaleb le contaba, con gesto de concentración en su rostro, pues se estaba imaginando la escena, fielmente ceñida a las palabras del chico. Entonces, cuando Hound habló y se le cayó la hombrera, fijó su mirada en la herida, la cual parecía que no estaba cerrada.

- No te preocupes, no siento fijación por el camino de la espada. - Dijo con un tono de broma, aunque con cierta seriedad. - Pero necesitas que esa herida se cierre bien, y que se desinfecte... Sobre todo si no te hace ilusión perder el brazo. Mi madre siempre me lo decía... "Una herida mal cerrada, es una herida engangrenada. - Les dijo realmente a ambos, a modo de regaño.

- Si quieren, puedo intentar ayudaros con vuestras heridas. - Dijo intuyendo que aunque las heridas fuesen de Hound, quien había vendado el hombro de éste había sido Kaleb.

- Aunque antes tendría que coger un par de cosas de casa, y entregar el encargo... - Añadió rápidamente, mostrando su encargo a ambos hombres

[/OFF] Perdón por la tardanza, pero es qeu ahora mismo ando estudiando y trabajando a la vez... y tengo mas bien poco tiempo.

agradecieron la amabilidad de la joven, y le indicaron que esperarían a que regrese de recoger aquellas cosas a su casa, para acompañarle a dejar su encargo, despues de todo querían compensarla por su atención y ayuda, y viendo que aquellos delincuentes con los que se toparon en la mañana aun podrían estar erodeando los alrededores simplemente no podían dejarla sola.

Una vez que regresó momentaneamente a su casa el par se sienta a esperarla, "De verdad crees que aquellos bandidos sigan en los alrededores?" "Seguramente, a pesar que les auyentamos no me quiero arriesgar a que tomen represalias" [color=green]"Tienes razón. curiosa niña, no lo crees?"or=red]](agacha un poco la mirada) "Si, habia olvidado como era la inocencia, en aquel reino todos luchaban por codicia, por ambición, por odio, o en mi caso, por satisfacción, nadie realmente lo hacia por proteger a alguien mas, ni mucho menos les preocupaba" (piensa para si mismo):"tal vez esta sea la razón a la que se referia Merlokk".

aquellos dos individuos continuaban una breve charla mientras esperaban a la niña, y escoltarle a realizar su encargo.

Aagradeció que la acompañaran a su casa, despues de todo, tenia pensado que le indicaran adonde tenía que ir despues de su encargo, pero si no iba sola mejor para ella... Así era más dificil que algún bandido la atracara.

Cuando llegó, su madre estaba en el jardin trasero recogiendo las hierbas que luego serivirían para hacer las medicinas, ungüentos e infusiones que vendían... Pero como si veía que había vuelto a casa sin realizar antes el encargo, le caeria una buena reprimenda, mejor ni siquiera la dijo nada y comenzó a buscar un poco de "Matico" triturada, un poco de desinfectante, y cogió unos cuantos vendajes. También, antes de salir, recogió su botellita de ácido, pues con la historia de bandido que no había acontecido hace mucho, quería asegurarse de que todo aquello llegaba bien a su destino.

Salió en menos de 5 minutos de su casa, volviendo con los hombres que la había escoltado. - Ahora mismo me siento como una auténtica noble, con mi escolta y todo, hehe. - Rió un poco por la broma, caminando delante de los hombres... Realmente la casa del señor no estaba demasiado lejos.

- La casa donde tengo que entregar esto está unas 5 esquinas más adelante. - Les dijo. - ¡Ah! Por cierto, y para curar eso necesitariamos un sitio tranquilo, y sobre todo, donde no se levante arena. -

todo marchaba sin problemas, el encargo de la niña habia sido entregado a tiempo, y tras de esto Kaleb habia sugerido tratar a Black Hound en su humilde vivienda, que no quedaba muy lejos de ahi, una vez en marcha no se daban cuenta de que alguien los seguía, uno de los bandidos que habia participado en aquel espectaculo a mediodia en la plaza buscaba al caballero oscuro para vengarse.

Dudó un poco, al ver que se encontraba acompañado, pero momentos despues reafirmó sus intenciones, al ver que los que le acompañaban no eran mas que aquel muchacho que su jefe tomó como escudo humano en la mañana, y unapequeña niña que no representaba obstaculo alguno.
mientras caminaban los 3 hacia la vivenda de Kaleb aquel maleante, robusto, alto y portando un hacha los interceptó de frente.
"haha, no te vez tan amenazante ahora que andas malherido, no sabes como disfrutaré vengarme".

Ante esto, tanto Kaleb como Luz se sorprendieron, pero Black Hound no parecia prestarle importancia, apoyado en el hombro de Kaleb simplemente bajo la mirada, acaso traia algun truco bajo la manga?? algun plan ya ideado?


(( disculpa por la demora, he andado algo ocupado en el trabajo < _ < ))

Kaleb había ofrecido su propia morada para llevar a Black Hound a curar sus heridas. Mientras que entregaban su encargo, Luz simplemente iba distraida, intentando conversar con ambos hombres. Mas, cuando llegaron a la casa del encargo, ellos esperaron fuera, pue así se lo pidió la niña. Apenas tardó unos diez minutos en salir de allí, dado que solo tenia que llevar el encargo y darle unas intrucciones a la mujer de la casa, sobre cómo cuidar a su marido.

Mientras se dirigían a casa de Kaleb, y conversaba distraida, tal vez para ella misma, porque ni siquiera sabía si le estaban prestando atención, le vino a la nariz un fuerte olor a sangre, pero a sangre ya seca, y dado que en estos tiempos eran pocas las personas que no olían así, tampoco le prestó atención, hasta que la figura de un hombre robusto les cortó el paso, haciendo que Luz se sobresaltara y una sensación de miedo le recorriera el cuerpo.

Estuvo un par de segundos en estado de shock, sin saber qué hacer exactamente, e intentó pensar todo lo bien que podía. - Si nos damos la vuelta, nos alcanzará... - Pensó. A la vez que rebuscaba el ácido lentamente e intentando no llamar la antención.

Finalmente dio un paso adelante, con las piernas y la voz temblorosas. - ¡¿T-Te crees muy va-valiente por... por atarcar a un ho-hombre herido?! - Se encaró al bandido en voz alta, esperando que hubiese algún guarda cerca, aunque de igual manera, si el otro se aacercaba de manera agresiva, le lanzaría la botellita de ácido...

Aquel Bandido no hizo mas que reirse ante aquella pequeña niña que trataba de hacersele la valiente, "Ahh, pero que tenemos aqui, una chiquilla que trata de hacerse la heroina" dice de forma burlona ante la menor, "hazte a un lado si no quieres que te lastime a ti tambien" le dirige una vez mas mientras trataba de apartarle de su camino empujandola del hombro. quizá fue por accidente o por instincto que finalmente le arrojo la botella de ácido, quemando el antebrazo de hombre "aarg¡¡ pequeña sangijuela, ahora si me las pagarás" la derriba al suelo finalmente, instantes despues Kaleb llega y trata de proteger a la niña, cubriendola con su propio ser, "los mataré a los tres" grita aquel hombre antes de levantar su hacha, no le importaba que ambos fuesen menores de edad, lo habian irritado y no iba a retractarse.

Pero su arma no alcanzó su objetivo, ya que fue detenida por una espada dentada, portada por Black Hound quien les habia salvado, ante la mirada aliviada y sorprendida de ambos menores, "gracias Hound, de nuevo" “apártense, yo me encargo” le agradece al caballero oscuro , antes de levantarse y llevar a la niña fuera del peligro.
Una vez vio que los chicos estaba a una distancia segura procedió a tratar de repeler al agresor, a pesar de estar herido podía manejar muy bien a su espada Enuma con un solo brazo, “pero que demonios, como es posible de puedas pelear en esa condición” “hehe, no te confies de lo que veas, basura” le responde al enemigo con un tono confiado, para momentos después golpear fuera del camino su hacha con su espada, y acto seguido lo Tacleo con su hombrera hacia un desnivel cercano, cayendo este de espaldas, al asomarse a ver al individuo este lo toma sorpresivamente y lo lanza hacia una amplia y larga calle, sacando chispas por la fricción de su armadura con el camino antes de reincorporarse nuevamente y buscar con la mirada a su oponente.