Capítulo I: El Investigador Paranormal

Una figura solitaria pasa por las praderas. Es mediodía, y ya está pensando que fué mala idea haber llegado ahí tan abrigado. Lleva abierto su abrigo negro de cuero, con los guantes en una mano y el maletín en la otra. A lo lejos divisa un pueblito que no logra disipar sus dudas. ¿Cómo llegó hasta esa época tan remota? Mira su reloj de pulso, las 4:42 PM. Muy a destiempo, piensa mirando al sol y a su sombra. Por lo menos deben ser las 11:30 AM. Sus ojos apagados y penetrantes se fijan más y más en el pueblo, tan diferente a todo lo que conoce, tan emocionante. Aprieta el paso, acercándose cada minuto al lugar. Ahora la pregunta más grande en su mente es como hará para no llamar tanto la atención con su atuendo moderno, su maletín y su revolver ajustado a la cintura, listo para cuidarlo de todo mal...

-Por fin...- Dice en voz baja -Espero que sepan lo que es el whisky en esta época...-

Tuerce la boca y escupe, acaba de llegar.

*A la distancia de un tiro de piedra ve a un sujeto algo extraño, de pinta "Vanguardista" para su gusto, y algo en su cintura, que no supo distinguir qué era realmente... Decide acercarse caminando despacio, y saludar al toparse con el*

-Buen día, cabellero-

*Con acento bien marcado y amabilidad extiende la mano*

-No es usted de por aquí, ¿Cierto?-

*Pregunta algo desconcertado el joven al observarlo de cerca*

El extraño lo mira, de pies a cabeza. Sus ojos grises recorren su vestimenta, y terminan posándose en los ojos jóvenes. Extiende la mano y se la estrecha con formalidad.

-Buen día- Contesta con voz seca.- No, no creo ser de por aquí.-

Sus ojos pasean de un lado a otro, mirando a su alrededor. Da un corto suspiro y frunce el ceño.

-¿Qué es este lugar, eres familiar de la región?-

-Este pueblo se llama Odizah...-

*Contesta el joven serenamente*

-Y no, no soy familiar de la región, pero llevo algo de tiempo aquí-

*Dicho esto acomoda su chaqueta, acto seguido hace lo mismo con su pantalón*

-Y usted... bueno, ¿de dónde viene?-

-De Maine- Contesta con voz seca- Un pueblo que todavía no existe, al parecer.-

El hombre lo mira y tose un poco.

-Mi nombre es Josef Hartmann. Soy un Investigador paranormal de la Universidad de Bitterbridge. No espero que creas como llegué hasta acá, yo mismo me sigo preguntando eso.- Y mira su reloj- ¿Qué hora es, por cierto?-

(¿Maine? ¿Universidad de Bitterbridge? creo que este señor se topó con un plantío de Opio...)

-Mucho gusto señor Hartmann-

*Le sonríe amablemente*

-A mi puede llamarme Marte, y... ¿Universidad de Bitterbridge? nunca había oído hablar de ella-

*Lo mira con desconcierto*

-Y, supongo que son pasadas de las 10 de la mañana... o al menos eso creo-

-No importa, no creo que la hayan construído todavía.-

Dió otro suspiro e hizo una mueca, mirando su reloj.

-Pasan de las diez...- Y frunció más el seño.- ¿No me puedes dar una hora exacta?-

-De momento no, lo siento-

*No pudo evitarlo mas, al ver el extraño artefacto en su cintura, tuvo que preguntar*

-Disculpe, ¿qué es lo que lleva en si cintura Señor Hartmann?-

*Con su mano señaló al costado*

-Ah, supongo que ahora no los conocen.- Y desenfundó su arma.- Es un Revolver, un Ruger Redhawk calibre .45. Es un arma peligrosa. Te la mostraría en acción... pero si no conocen el arma, no creo que conozcan las municiones, y son limitadas.-

Y volvió a enfundar su pistola, sonriendo de satisfacción.

-Si no es mucha molestia- Dijo, tras un breve silencio.- Quisiera pedirte dos cosas-

-Dígame-

*Deja de observar la pistola, para ahora enfocar su mirada en Hartmann*

-Primero, llévame a un lugar donde pueda descanzar y tomar algunas notas y un whisky.- Y luego, mirándolo a los ojos, afirmó la voz - Segundo, llévame a un lugar donde pueda poner mi reloj a la hora exacta. ¿Está bien?

(¿Wisky? quizás no fue Opio, este tío se ha de haber metido algo mas fuerte...)

-Está bien, puedo llevarlo a una posada que está aquí cerca, ya que cerca de ahi queda la catedral y ahí podrá poner a tiempo su reloj... pero ¿Wisky? lo siento, no sé a qué se refiera con esa palabra-

(Además, trae un reloj funcionando en un tamaño tan pequeño, parece cosa de magia...)

Hartmann suspiró hondamente, y asintió.

-Si, imaginé que no conocían el whisky. Es una verdadera lástima.- Levantó la mirada- Bien, andando. Me urge actualizar mi bitácora y mi reloj.- Y a punto de andar se detuvo y giró la vista hacia Marte.- ¿Qué esperas? Guía el camino.-

-Ab, si, disculpe señor Hartmann, en seguida, por aquí, sígame-

*Regresando a la realidad de su pensamiento, emprende camino hacia Odizah (nótese que estaban en las afueras de la ciudad) indicando a Hartmann el camino*

El profesor lo sigue, y mirando a todas partes, se le ve maravillado. Las casas, la gente, los animales... Todo capta la atención de sus ojos grises.

-Maravilloso, simplemente maravilloso- Decía para si -En los libros de Historia Universal nunca mostraron tanta riqueza cultural, tanta belleza...-

Y sus ojos se fijaron entonces en la catedral, a lo lejos. Trató de esforzar la vista para ver la hora, pero no lo consiguió. Negó con la cabeza y siguió caminando, sin perderle el paso a Marte.

-10:12 A. M. al parecer no estaba tan errado-

*Avisa a Hartmann mientras sigue caminando, suelta una leve risita al mirarlo*

-Pareciera que nunca hubiese visto nada de lo que está viendo ahora, Hartmann-

*Dice sin detenerse, pero caminando a la par del Dr.*

-Las 10:12 AM... - Decía, actualizando su reloj.- Te equivocas, ya había visto todo esto, pero había sido en libros y películas. Jamás pensé que tendría la oportunidad de ver una época tan lejana con mis propios ojos.-

Y miró contento la torre del reloj.

-Me siento muy afortunado de poder estar aquí. Qué lástima saber que si logro volver nadie me creerá lo que vi. Me tacharán de loco o me dirán que todo fué un sueño.- Se miró las manos - Pero no es un sueño, ya duró demasiado para serlo.-

-¿A qué se refiere con todo lo que dice, Hartman?-

*Algo desconcertado, pero sin perder la calma claro está*

-Te diré la verdad- Salió de repente su voz- y no espero que la creas. Marte, no se como es esto remotamente posible, pero yo no pertenezco a esta época. Yo vengo del año 1990 Después de Cristo, y soy profesor de Metafísica, lo que hoy se llama como "ciencias ocultas", si no me equivoco. Creo que por eso me miras tan raro, debemos tener por lo menos una diferencia temporal de mil años-

Y miró de nuevo a la catedral.

-Lo último que recuerdo de mi estancia en mi presente es ... - Y se le hizo un breve silencio. Bajó la mirada y se tocó la sien.- No puedo recordarlo... debe ser amnesia temporal.-

-Vaya, entiendo-

*Bajó un poco la mirada, y se llevó la mano a la barbilla, luego chupó diente y suspiró, acto seguido miró a los ojos de Hartmann*

-Pues, no lo sé pero, le creo, Hartmann, suena bastante increíble, pero, de momento esa es la única explicación lógica, sin embargo, el hecho de que yo le crea, no significa que todo mundo aquí lo hará, cualquiera al verlo podría decir que es usted un demonio, o un brujo, o cualquier cosa por el estilo...-

*Le echó una ojeada de pies a cabeza un par de veces*

-¿No le parecería bien cambiarse de ropas? para... mezclarse mejor entre la gente, ¿Me entiende?-

-Tonterías, pagué 400 dólares por este abrigo.- Dijo, sonando un poco molesto- Estoy muy bien así, excepto por el calor. De haberlo sabido de antemano me hubiera vestido más ligero.-

-Entiendo-

*Se pone derecho*

-Pues bien, si así le parece cómodo, adelante, sino, de igual manera su complexión es parecida a la mía, así que si necesita o quiere algo de ropa no dude en pedírmela, con gusto le daré un par de mudas, o si lo desea puedo acompañarlo después a comprar algo de ropa, pues, sus "dólares" creo que esa moneda aun no existe, y además, por el viaje tan repentino, me imagino que vino a dar aquí sin biáticos-

*Ríe*

-Así que no se preocupe, puedo ayudarle con eso de momento, ¿Le parece?-

- ... - Se toca la sien con una mano. - Creo que tienes razón. Tendré que depender de ti durante un tiempo, espero que no te moleste.-

Y en eso se paró frente a la entrada de una posada.

-Este debe ser el lugar, si no me equivoco. Después de ti, Marte.-

-Pues venga-

*Adelanta el paso, quedando frente a Hartmann, abre la puerta y le hace una señal de "Sígueme"*

-Bueno, esta posada es muy cómoda, hogareña y muy decente, estará bien aquí de momento, podrá descanzar un poco, y si gusta puedo invitarle un trago ¿Qué dice?-

Se quedó callado un momento, mirando todo dentro de la posada. Cada detallito le iba contentando, hasta que asintió con la cabeza.

-Perfecto. Aquí estará bien.- Y entró a la posada. Pidió un cuarto, y se tuvo que aguantar la mirada de extrañeza de la dueña. Con la llave en la mano, sonrió.

-Es tan diferente... No tiene números ni cerrajes.- Y miró a Marte - Te sigo.