Llegando a la ciudad blanca... -Priv/kalik- +18

-Los de mi raza son unos llorones, solo los extintos nivales y los blancos no reclamaban por el frio... No hay problema, de niño fui forzado a aguantar mayores frios que estos, espero no haber perdido esa habilidad- Dijo sin querer el azabache.

Tomó el vaso y sacó la lengua al escuchar cual era la otra opción, se bebió el agua rápidamente y luego la dejó en la mesita de noche. Agradeció al chico y oyó su sugerencia. Sin chistar se levantó de golpe de la cama aguantandose el mareo.

-No, claro que no. Vamos ahora, esta facha y estos dolores me los gané yo solito por borracho, no tienes por qué pagar tu.- Dicho esto, buscó en su bolso una cinta y con ella amarró sus largos cabellos en una coleta alta y por sobre su cabeza se notaron las bases de sus cuernos rotos pero la cabeza le dolía demacido como para arrancarselos. -Me encantó este lugar, esta ciudad es hermosa... ¿Bien, a dónde vamos? ¿Un lugar elevado para apreciar mejor la luz de la madre luna?- Ocultó el punzante dolor de cabeza y cogiendo a la gata la dejó sobre la cama. -No, tu te quedas aquí- y la pequeña felina se echó en la cama hechando humos.

Pasó un rato y ambos salieron de la habitación, Kalik pasó por la cocina y la posadera le dijo que la deuda ya la había pagado el "dulce lobo" que lo acompañaba. Aure sin querer le estaba arrebatando el titulo de favorito de la posadera al dragón, este rió y se despidió de la mujer. Al salir de la posada, el draconiano se fue disculpando una y otra vez con el lycan por haber tenido q limpiar los trastes en vez de él. ¿A donde le llevaría? El ojiceleste estaba realmente ansioso de saber hacia qué lugar lo llevaba el tan lindo bicolor.

Estaban pasando por la plaza cuando el bicolor le habló… ¿Algo sobre el lugar? Ya había mencionado algo sobre que allí estaría despejado… ¿Entonces para qué le invitaba? Se suponía que él le ayudaría con el nublado cielo ¿No? Kalik se encogió de hombros por sus pensamientos, ya encontraría la forma de serle útil al lobo.

-¿Cómo es? Digo, solo mencionaste que es un lugar alto y que está despejado.- En ese momento pasó un cuervo cerca de ellos gritando (o al menos para el dragón, estaba gritando). La resaca aun le destruía la cabeza así que se paró de golpe y escupió una llamarada hacia el pájaro que huyó por su vida. -Maldita bestia, aaahh, odio que esos bichos me griten cuando me duele la maldita cabeza- Luego de eso hizo una pausa y se puso a reír. -Lo siento, Aure. No me gustan los cuervos- Se disculpó sonriendo por la actitud agresiva contra la fauna local.

Así siguieron su camino mientras el lobo le respondía. Cuando estaban a punto de salir, el draconiano se detuvo a saludar a quien fuera su contrincante la noche anterior. El pobre tipo le sonrió con un diente menos y su ojo aun morado. El azabache no pudo evitar preguntarle con qué le golpearon y el hombre contestó sin tapujos “Con la mesa y un mazo”. Si Kalik hubiera sido un humano estaría mínimo con las costillas hechas polvo. Se despidió del hombre y volvió junto al bicolor.

Empezó a enfriar, pero el dragón sabía que la noche era aun más gélida así que disimuló su frío. Pronto pasaron juntó a la guardia. Kalik dejó a su acompañante hablar para que les dejaran salir. Los días eran cortos en aquella tierra blanca, solo bastaban unas horas y ya volvería a ser noche, así volvería a ver a la madre luna, patrona de los dragones de Plata y Mercurio.



((Perdón por la tardanza, no tenía internet T_T))

Dicho esto el draconiano suspiro aliviado, el único lycan que había conocido era nada menos que otro esclavo del alquimista... Un perro bipolar que se transformaba involuntariamente en luna llena y terminaba siempre rajandole las alas o quebrandole algun hueso. Además el bicolor le caía muy bien como para tener que maniatarlo para tranquilizarlo.

Era sin duda un chico facinante, bastante cordial con él. De su boca escapó una pequeña risa al ver como el joven a su lado se sonrojaba. Le miró de pies a cabeza... Era tierno verle preocupado por él, le quería ¿Abrigar? Valla si que dejaba traslucir que tenía frio, pero aun podía caminar tranquilamente por el lugar, sin embargo, mas por curiosidad que por necesidad, o al menos de eso se quería convencer el friolento dragón, más adelante, cuando fuera de noche le pediría que le abrigase con su apariencia de lobo.

-Gracias, pero creo que por ahora estoy bien.- Extendió sus alas y se cubrió con ellas de las ventiscas.

Se alejaban paso a paso de la hermosa Renais. El lycan guiaba unos pasos frente al azabache, aun no anochecía pero a veces les golpeaban unas gelidas ventiscas, Kalik se soltó su pelo para que asi le protegiera su cuello. Se veía realmente desencajado, tenía alas, una cola y ese ojo draconiano, el viento movia sus cabellos cubriendo parte de su rostro, a veces se abrazaba a si mismo aguantando en parte el frío pero a penas el chico se giraba a verlo el ojiceleste se hacía el fuerte aunque por dentro solo quería una chimenea.

Comenzaron a subir las montañas, para entonces el alado ya no tenía tanto frío, estaba entrando en calor con la subida y si el viento no soplaba, escupia una que otra llamarada para mantener caliente sus manos(?). Sin duda Aure estaba acostumbrado a andar por climas así, sin embargo, Kalik no, por tanto le pidió un corto descanso. Para cuando se detuvieron (el lycan parado junto a un sentado y jadeante dragón), el de largos cabellos negros sintió el viento en su cara y mirando divertido a su acompañante le dijo:

-Sabías el por qué los dragones no escupen fuego en ventiscas o tormentas?- Le miró y notó que no sabía, entonces perdió su mirada en la lejanía. -Verás, una leyenda dice que el viento y el fuego son amantes, si su roce es delicado...- Esperó a que la ventisca se hiciera brisa y escupió levemente fuego, en un suspiro, este no era más que una llamarada timida que se desvaneció en el aire al terminar el suspiro. -Pero si se unen en pasion..- Exhaló una gran llamarada cuando justo un ventarron les golpeó. El fuego se alzó alimentado por el oxigeno acarreado por el viento, rápidamente, como un destello pero se extinguió en el acto. Luego de eso miró a Aure-Su pasion hace un fuego mas grande, pero incontrolable y a la vez mortal para uno de los amantes... Mi madre siempre me decía eso para que evitara al maximo usar fuego en ventiscas, fuego salvaje y breve. Por eso solo se ve a los grandes dragones peleando como bestias en las tormentas- Rió al terminar su frase, miró alegre a Aure, directo a los ojos. -¿Seguimos?-Dijo divertido. Alzó sus alas, tomó distancia, saltó abriendolas y emprendiendo un aleteo que le hizo avanzar unos metros montaña arriba por sobre el lobo.