Capítulo I: El Investigador Paranormal

-Venga, por acá Hartmann-

*Lo guió hasta la habitación, con toda naturalidad, erguido y viendo solo al frente*

-Bien aquí es-

*Señalando con un gesto la habitación*

-Quizá es algo pequeño, pero es muy cómodo, y sirve bien-

*Se lleva ambas manos a la cabeza pensando y de repente reacciona*

-Lo olvidaba, ¿gusta que le pida algo de comer? imagino debe tener hambre-

Hartmann pensó un momento la propuesta. En su maletín llevaba bastante comida para durar una semana... Pero nunca sabía cuando la iba a necesitar.

-Me parece bien. ¿Qué hay de comer?- Decidió, sentándose y poniendo su maletín sobre un escritorio.

-Pues déjeme decirle que se ha topado usted con buena suerte, hay cordero..-

*Dice mientras ya se lo saborea*

-Ñam. Se oye bastante bien. Trae un par de porciones mientras me acomodo, si eres tan amable.- Y su maletín hizo click cuando lo abrió.

-De acuerdo, en seguida regreso-

*Sale y cierra la puerta*

Abrió su maletín, y de el sacó una grabadora. Se cercioró que no hubiera ruido, y la encendió.

-A ... no se qué día ni mes, de lo que parece ser el año 1092 Después de Cristo.- Pausó su voz un momento- No... No tengo idea de como llegué hasta aquí. Lo poco que se es que estoy en un pueblo llamado Odizah, y tengo por guía a un mozo de unos veinte años llamado Marte. Salió a traer algo de comer para los dos. Después del almuerzo, será bueno salir y explorar este nuevo... -Se corrigió- este viejo mundo.

Y cerró los ojos, forzando su memoria. ¿Cómo, cómo, cómo?

-Por el momento no tengo recuerdos de como llegué hasta aquí. Solo tengo un destello de luz, y la sensación de que mi cuerpo entero se electrocutaba.- Agudizó el oído.- Por ahora será suficiente. No quisiera que Marte o alguien viera mi grabadora. Ya bastante confundido debe estar con mi ropa y mi revolver y los términos que uso. Habló Josef Hartmann.- Y apagó la grabadora.

*Marte entró cuidadosamente con dos platos desbordantes de carne, colocándolos en la pequeña mesa que estaba junto a la cama*

-Hartmann, a unos pasos de entrar, no pude evitar escuchar algo de murmullos suyos, pareciera que hablaba con alguien...-

*Toma su plato con la mano izquierda, y empuja un poco el otro con la derecha para acercarlo a Hartmann*

-Y después un sonido extraño, sonó algo así como- *Y con su voz hizo el sonido exacto* -"Click"-

-No ha sido nada, Marte. - Dijo, y miró el plato con carne.- Nada más que uno de mis aparatos del futuro. Te lo mostraré después, por ahora vamos a comer.

Y notó que faltaba algo al mirar al plato.

-... Marte.- Y volteó a verlo con su cracteristica expresión de hastío.- ¿En esta época no existen los cubiertos?-

-¿En el futuro necesitan de cubiertos para comer carne?-

*Musitó Marte, algo desconcertado al ver la extrañeza de Hartmann por la ausencia de algo para ayudarse

a comer*

-No son enteramente necesarios, pero si son un elemento de buena educación al comer. - Miró a la carne y suspiró.- No esperaba usarlos tan pronto...-

Y de su maletín sacó un pequeño estuche. Al abrirlo, se escuchó el tintineo de una cuchara sopera, un cuchillo y un tenedor. Tomó los últimos dos y cortó un trozo de carne.

-Buen provecho, Marte.- Dijo con una sonrisa y probó un bocado. Estaba delicioso.

*Soltó una descarada carcajada*

-Vaya, no sé usted, pero aquí solo la realeza come con tanta ceremonia-

*Se serena un poco, pero mantiene la sonrisa y los ojos entrecerrados*

-Sé lo que es estar en ése ambiente, pero, el hecho de usar las manos, no quiere decir que sea un animal, ni es mucho menos una falta de educación...-

*Sigue riendo, ya no a carcajadas, pero sigue riendo*

-¿Qué otra novedad traerá consigo usted, Hartmann?-

*Y comienza a comer*

-Algunas cosas- Dijo, pausando un poco su almuerzo tras pasar un gran bocado de carne- No son muy diferentes de las que tienen aquí. En este maletín cargo algunas libretas, que son como libros pero en blanco. En ellas escribo todo lo que me encuentro.- Cortó otro trozo de carne y se lo llevó a la boca. Tragó y continuó.

-En el dado caso de que me quedara sin comida, llevo algunas raciones enlatadas. Eso es, envueltas en un metal llamado aluminio que aún no se descubre. La comida que está dentro tarda varios años en echarse a perder, por lo cual es perfecta en situaciones de emergencia.- Cortó otro trozo de carne y antes de comerlo, añadió - Pero es una fortuna que no necesite comerlas ahora.

-Vaya-

*De golpe se puso serio*

-Parece que habrá un sin fin de descubrimientos... eso es muy bueno. Evolución, pero, hay algo con todo esto que me intriga...-

*De lo serio que estaba, tomó un aire un tanto.. melancólico/escabrozo*

-Usted por venir del futuro conoce muchas cosas del pasado, por ser historia: Sociedad, religiones, etcétera-

*Se puso derecho, dejó su plato en la mesa y acomodó su cabello hacia atrás*

-Y por las cosas nuevas que trae consigo, y lo que en este breve lapso de tiempo me ha contado... imagino que los avances en la medicina han sido también bastante notorios, ¿Verdad?-

-Por supuesto que si. La medicina y la computación son dos de las cosas que más han avanzado en la época de la que vengo.- Miró a Marte a los ojos, y mirándolo se imaginó la situación.

-Solo cargo conmigo los medicamentos más básicos. Antibióticos, desinfectantes, analgésicos... Aún si estuviera con vida, no creo que yo pudiera hacer mucho. Lo siento.- Y cortó otro trozo de esa carne tierna, llevándoselo a la boca.

*Al oir esto, sus ojos se quebraron inmediatamente, no lo pudo contener, y dos lágrimas tocaron suelo, quedó entonces cabizbajo, y gimió... y, regresando la mirada a Hartmann, sonrió, y soltó una risa transformada por su nariz en exhalación sonora*

-¿Y en el futuro todos pueden leer la mente también?-

-No, nadie hace cosas como esas. Solo muy pocas personas, y yo no soy una de ellas. En el futuro, cosas como la magia ya no existen, al igual que los dragones y otras bestias que seguro andan rondando por ahí.- Dió un breve suspiro- Que yo haya adivinado el destino de esa persona... Fué pura deducción, nada más.

Y hundió el tenedor en el último trozo de carne, el cual se llevó a la boca, sin dejar de mirar a Marte.

-Entiendo, pero, quisiera saber, si todo ha avanzado tanto en el futuro eso quiere decir que... la Alquimia, ¿También tendrá grandes en el futuro?-

*Preguntó ilusionado y ahogando un sollozo*

-No, Marte.- Dijo con un leve dejo de molestia e inconformidad.- En el futuro, la Alquimia es un arte olvidada, incluso es tachada de ridícula. Fué reemplazada por lo que llamamos Química.-

Sacó de su pantalón un pañuelo y se limpió la boca con el. Lo dobló perfectamente y lo guardó de nuevo mientras hablaba.- No creas que por ser mil años en el futuro hemos progresado. La humanidad ha aniquilado a muchas especies y deteriorado al mundo por sobrevivir. Muchas creaturas fantásticas se han vuelto solo eso: Fantasía.-

Y dió un largo suspiro, tras el cual alzó las cejas y miró a Marte.- Y mi trabajo consiste en estudiar e investigar todas esas cosas "fantásticas".-

-Entonces en otas palabras podría decirse que este lugar sería su "paraíso de investigación" ya que aquí aún es latente todo lo que en su tiempo ya está, olvidado.-

*Se seca las lágrimas que tenía en las mejillas*

-Y no me daré por vencido, quiero que sea una realidad... y si no, igualmente nos reuniremos.-

*Murmuró esto último*

-Pero bueno, entonces ¿Podría decirse que estoy perdiendo el tiempo por ser un alquimista?-

Hartmann sonreía satisfecho. Su "Paraiso de Investigación"... Marte había dicho exactamente lo que era esa época para el. Sin embargo, no alcanzó a escuchar lo último que el joven dijo.

-¿Dijiste algo, Marte?- Preguntó con el ceño fruncido, esperando respuestas.

-Digo que, menciona usted que la Alquimia en su tiempo es considerada ya un arte olvidada, y le pregunto entonces, ¿Estoy perdiendo el tiempo por ser Alquimista?-

*Se cruza de brazos*

-Ya veo.. Je... - Y le sonrió mirándolo.- No me lo tomes a mal, Marte... Pero habrás muerto mucho antes de que la ciencia reemplace a la magia. No tienes nada de que preocuparte; Estás en una época correcta para hacer grandes cosas.-

-Entiendo, pues, en ese caso le seré sincero Hartmann, con estudios de las ramas que en esta época son ciencia y magia, quiero encontrar algunas respuestas, y una ambición que muy probablemente en su tiempo aun se anhele, o quizá ya la habrán encontrado...-

*Suspira ondamente*

-Alargar la vida, y... la resurrección-

-Marte, lamento desilusionarte... Pero en mi tiempo ya se descubrió que la ciencia no puede revivir a los muertos. Hubo un brillante científico, el Dr. Frankenstein, que estuvo a punto... Pero su "creación" se volvió en su contra.-

Hartmann cruzó las piernas y lo miró fijamente.

-Pero la Magia es otra cosa. Nunca se halló un límite a sus poderes, y no creo que lo exista. Hay una posibilidad, y mientras tu la encuentras me mostrarás todas esas cosas desconocidas.-

No era una pregunta. El Investigador Paranormal había dicho una afirmación, y tenía los ojos puestos en Marte.

-Entonces-

*Resopla*

-¿Supone usted que la historia puede cambiar?...-

[Nótese que Marte al ser Alquimista lleva nociones de tiempos, épocas y sucesos de cambios y alteraciones, y como necromante, la constancia del tiempo, y el recorrido del mismo]