Ladron que roba a ladron...traidor al sindicato(Libre)

Ya tenia semanas de que no probaba nada bueno y se moría de hambre, salió de su "casita" en el bosque, y comenzó su camino por el pueblo con la tripa rugiéndole
-Mi estomago...si no como algo pronto acabare muerto-

Decía con cara de estar muriendo mientras caminaba. Ese día hacia un infernal calor, y maldijo por todo lo alto al sol por salir justo ese día que se moría de hambre. Camino hasta llegar a una zona donde había una pequeña briza, el puerto, donde se quedo sintiendo el suave frio que se sentía por el agua, cuando se fijo que habían peces, se decidió a sacar algunos, pero su vista se desvió a los barcos que encallaban.
Agazapado, oculto detrás de las rocas, pudo ver que bajaban señoras, y hombres que parecían con dinero de uno de los barcos. Ni tonto ni perezoso, salió dando un salto y un grito de detrás de las rocas asustando a cuanto mortal hubiera en el sitio y tomando las dos primeras carteras que tubo a la mano escuchándose luego gritos desesperados de señoras que clamaban por sus pertenencias.

Pronto se escucho un bullerio en el lugar porque los guardias aparecieron al sentir el griterío de las féminas, y pudieron notar al vago del pueblo correr como alma que llevaba el diablo en dirección opuesta al suceso, así que emprendieron la carrera detrás del susodicho.
Gardio puso pies el polvorosa cuando se vio perseguido, aunque el hambre y el sol le estaban jugando en contra, corrió lo más que pudo para poder perderlos, dando vueltas en el puerto confundiendo a los guardias.
Por fin llego a una parte del lugar donde encallaban los barcos pesqueros más pobres, una zona que despedía un hedor muy fuerte a pescado podrido, pero este olor a Gardio no le molestaba , ya que él mismo olía peor, esto era perfume al lado del rubio, pero en fin. Se quedo en el lugar mientras otros ladrones veían el botín del joven, pero al acercarse y ver de quien se trataba, los menos osados preferían dar vuelta y regresar por donde vinieron, y los más osados le decían si compartiría o no lo conseguido.
El rubio se relamía los labios de forma obscena mientras soltaba una grabe risa burlona por los guardias que seguían confundidos buscándoles, pero a él le valía. Miro lo conseguido: Oro y joyas; definitivamente ambas eran esposas, o, esposa e hija, de algún ricachón de la zona así que no les haría mucho daño perder algo "taaan pequeeño".
Entro a uno de los antros de por ahí, sitios de perdición con gente como él, escondiendo su botín entre sus ropas. El cantinero al verle, ya sabia lo que se traía, ya era caserito de la zona, así que, no tardo en darle lo que siempre pedía: Un buen trozo de carne casi crudo, un tarro de cerveza casi congelada, y tres cubetas de hielo, claro que, previo pago del producto a lo que el rubio no negó, y con una sonrisa petulante le dejo a disposición un collar de perlas y una diadema del mismo tipo, cosa que e basto al cantinero para darle la atención preferencial a nuestro amigo

- Mmm - justo junto al rubio se habia asercado aquel demonio, el solo estaba por esos lares or un negocio que se debia hacer con gran discrecion y lejos de miradas que omarian lo suyo con cierto toque ilegal, pero el demonio observava la diadema

- si mal no me equivoco creo que te deben cambio- dijo hablando al rubio luego de examinarla con cuidaod

- es un articulo bastante caro y poco comun, el artesano a pesar de hacerla a la medida dejo sus iniciales escritas lo que significa que fue hecha y adornad apro la misma persona, con esto no pagas una sola comida pagas las de todos los presentes por una semana - basicamente le habia arrebatado la diadema al cantinero, simplemente no podia evitarlo, cuando se trataba de evaluar valores d eun objeto qu ele llamaba la atencion no podia resistirse

El rubio, que ya estaba empezando a comer, pudo ver lo que le decían. En su ignorancia no se había fijado en los detalles que este hombre albino le estaba revelando y miro al cantinero que, presuroso, tomo la pieza
-Usted, si quiere comida aquí, métase en sus asunt...-

Pero antes que el cantinero pudiera continuar, las garras metálicas del rubio salieron y con un dejo medio psicótico miro al anciano y luego al hombre
-¿Es cierto lo que este señor dijo?_ pronuncio con voz rasposa, mientras la mano del cantinero quedaba atrapada en las garras. Al notar el silencio, vio que el hombre no mentía_ entonces, mi amigo, ya lo escuchaste ¿verdad? una semana...o mejor que sean cuatro, con eso me pagas todo lo queme debes-

Dijo con un tono amenazante dejando claro que ya había echo lo mismo antes, pero que está era la primera vez que sabía con que pagaba.

Miro al albino, mientras el cantinero recuperaba su mano agradecido de no haber perdido ningún dedo mientras observaba con odio al otro hombre y se retiraba, examinándolo un poco
-No esperes que te agradezca, pero tampoco seré un ingrato. Si es verdad lo que dijiste, pide lo que quieras y hare que esa bola de cebo te lo traiga-
Sentencio con una sonrisa de autosuficiencia en los labios mientras hablaba.

- Yo no lo hice por ayudar, simplemente hice una evalucacion de un objeto que llamo mi atencion...ademas je una comida aqui no resultara muy agradable- dijo mirando por donde el hombre se habia hido

- mmm auque me parese que le diste otro objeto no es asi?- pregunto curioso pues ese no habia podido examinarlo debido a que el hombre lo habia guardado demaciado rapido

- quizas yo me equivoque pero esos objetos no parese que los alla obtenido por sus umm medios de intercambio o algo asi verdad? - pregunto curioso mientras miraba atento al otro, por suerte n onesecitaba resprar todo el tiempo, debido a que el olor de esos lugares ciertamente le disgustaba un poco

Spoiler:

Escuchaba las palabras del ajeno mientras engullía lo que le llevaron casi casi como un animal, aunque en parte lo era ¿cual de todas sus partes era la animal? ese era el misterio.
-¿Hay alun poema on lo gue ye dí?(¿Hay algún problema con lo que le di?)- Hablaba con la boca llena haciendo que sea un logro poder entenderle media palabra, o por lo menos media sílaba.
Dio un trago a lo que estaba devorando y tomo un buen trago de cerveza helada, tal como le gustaba mientras miraba de reojo al tendero con una sádica sonrisa que le decía al gordinflón que quería más. Se limpio la boca con la manga sin ninguna muestra de modales, ya que esos estaban fuera de su conocimiento.
-Le di lo que para mi no vale mucho, además, ya me lo estoy cobrando. Dudo mucho que ese tío quiera cobrarme algo después de lo que usted le dijo_ Modales no, respeto...un poco cuando le convenía_ Además; ese gordo es un ladrón como yo, así que aquí es tierra de nadie, aquí los ladrones les roban a sus camaradas. Aquí nos regimos por la ley del más inteligente. Y los objetos que tiene obviamente nos los consiguió intercambiándolos...los conseguí yo ahí afuera...jejeje_ señalo, riendo a mandibula suelta, sin tapujos los barcos del muelle, y un pequeño tumulto que se había formado entre policías y pasajeros gritando algo de un ladrón que, obviamente, se había escapado de los policías sin mucho esfuerzo aparente_ las viejas que llegan en los barcos tienen cosas muy bonitas jeje-
Dio una lamida obscena a una de las cuchillas que le sobresalían por las mangas del asqueroso saco rojo mientras mostraba una sonrisa con aquellos dientes amarillos; se notaba por todos lados el descuido en el aseo personal del rubio. Después de su pequeño monologo continuo con su comida
-Y shi ó ash a omeg...aisa pá omegmelo yo (Y si no vas a comer, avisa para comérmelo yo)- Termino de decir mientras batallaba (o eso aparentaba) con una pierna de cerdo que el tabernero le había llevado durante su dialogo.