Perdiéndome... ¿A propósito? [Priv. Becker~]

-uk- un leve kejido salio de sus labios al sentir akellos agudos colmillos penetrarle el cuello, seguido por un suspiro de satisfaccion(?). Un dia un blackguard (lo contrario a un paladin) le habia contado ke la mordida de un vampiro o en este caso, vampireza, se sentia tan bien, ke era casi como sentir el orgasmo del coito. Se ruborizo leve al recordar akello, mas no nego levemente para deshacerse de akel rubor para ke dalilah pudiera seguir con su labor.

Sus manos apretaron la fria nieve ke yacia debajo de el, apretando algo la mandivula, no era ke le doliese sino ke comenzaba a marearse, pero por mero orgullo y como siempre, no iba a decir nada, ya ke, el mismo habia dado tal autorizacion, no podia retractarse ahora.
Ademas la chica lo necesitaba ke no? Estaba cumpliendo su deber de paladin, ayudar a los demas, o de esa manera lo veia el paladin, siempre torciendo las reglas, maldito cinico.

Si, un gran mareo, tipico de una gran perdida de sangre, junto con una palidez enorme en sus facciones,. Fue lo ke obtuvo de akello, pudo sentir como la vampireza lo recostaba en el suelo, aunke helado lo sentia muy bien. Se llevo una mano a la frente, subiendo esta hasta su abundante cabello color negro haciendolo levemente hacia atras. -Si, no te preocupes- Agrego, la cabeza le daba vueltas, mas ke obvio no era para menos. -Estoy bien- y lo estaba, solo necesitaba descanzar unos momentos y kiza dormir un rato, con eso estaria bien despues y como si nada hubiese pasado.

Con los ojos lacrimosos, cristalinos que denotaban su desespero y angustia, pestaneaba repetidas veces para eliminar las lágrimas en éstos, e intentaba oír atenta las acciones del paladín, a pesar de que sus propios sollozos la distraían un poco. oyó las palabras del contrario, afirmando que estaba bien... pero no podía dejar de sentirse culpable. Era como cuando las ganas de hacer algo te vuelven completamente ciego, ignorando lo demás y terminas haciendo lo que no debes, pero luego entras en razón y te odias por haberlo hecho. Si, eso era ceguera, eso era realmente no poder ver.

Notó como de pronto todo se volvía silencioso, todo se sumergía en un hambiente tranquilo y sereno, todo menos incómodo. Fue entonces, cuando comenzó a sentir que el cansancio le ganaba. Había sido un día largo, problemático y muy estresante, aunque no podía negarlo, también bastante entretenido.
Aún sentada en el suelo, arrodillada más bien, se reclinó sobre el contrario al notar que aparentemente estaba dormido, o almenos bastante silente. Se posó sobre su pecho, en la fría y metálica armadura, acurrucándose allí. Mitad en la nieve, mitad posada sobre el contrario.. No era el mejor lugar para dormir, pero a demás del cansancio que sentían, ¿cómo sacar al paladín de allí? Encima que estaba casi inconsciente, ella no tenía fuerza como para arrastrarlo lejos del bosque.

Los pensamientos prontamente terminaron desvaneciéndose en la nada, justo cuando, antes de lo esperado, la vampireza se dejaba ir libremente en el mundo de Morfeo. La nieve y la frialdad del hambiente no le incomodaban; más bien, ni siquiera la sentía, ya que ella de por sí estaba completamente helada siempre, al ser una vampireza.
La noche pasó con rapidez. Pronto, los primeros rayos de sol alumbraron todo, resplandeciendo en la nieve, y los parajillos madrugadores dejaron escuchar sus preciosos canturreos. Pronto la castaña despertó, alzando con pereza la cabeza y abriendo los ojos, sintiendo como le dolía el cuerpo al haber dormido en aquella posición, prácticamente sentada. Pero entonces, dio un respingo. ¡¿Se había dormido allí?! ¡¿Cómo podía ser?! ¡Su hermano debía estar preocupadísimo, buscándola enloquecido! ¿Y Becker? ¿Cómo estaría?. Tanteó con desespero el pecho contrario hasta que posó una mano sobre su mejilla, respirando agitada debido a la exhaltación.

Dormitaba, trankilamente e ironico, habia sido uno de los mejores descanzos ke habia tenido. A pesar de la fria nieve, se sentia tan bien estar de esa manera, tendido en ese lugar. Kiza era el cansancio previo de la pelea, los golpes, la sangre perdida y despues la mordida de la vampireza lo ke habian hecho ke el paladin se sintiera tan comodo en el lugar donde se encontraba tendido. Se habia kedado dormido un poco despues de responderle a la niña.

Habia tratado de luchar contra el sueño, no keria asustarle, ke tal si la otra pensaba ke le habia matado al drenarle bastante sangre? Pero para su desgracia (o ahora suerte) no era tan debil, y menos aun con el gran secreto ke guardaba, en ocasiones como esas, agradecia ser uno de los guardianes del hijo de la luna. Pero no podia ir divulgando akello. Alegaba ke tenia bastante constitucion fisica y aguante como para recuperarse casi de la nada, sumado a ke podia utilizar curacion, era una gran farza, todo mundo solia creerla.

Aun continuaba dormido, ajeno a su alrededor, la verdad es ke si estaba bastante comodo en ese lugar, nisikiera el frio logro incomodarle de alguna manera. Tenia los brazos extendidos y su rostro se encontraba levemente girado hacia un lado. Pudo sentir levemente la mano de dalilah, la cual le tomoaba la mejilla, pero estaba tan agusto y en ocasiones era un maldito perezoso ke nisikiera kizo moverse.

En vez de eso, murmuro algo ke no pudo entenderse, o mejor dicho balbuseo ya ke ni a palabras llegaban y continuo dormido ahi tendido en ese lugar, sin percatarse de ke su acompañante acababa de despertar. El unico sonido (al menos en ese lugar) era el de la profunda respiracion del paladin, lo bueno del asunto es ke no roncaba(?) poco le faltaba, de lo comodo ke se encontraba ahi tirado practicamente en medio de la nada. Seguramente sus colegas paladines le deberian estar buscando, mas no se preocupaban demasiado, Becker desaparecia de esa manera en varias ocasiones.