Kitiana
Cantidad de envíos : 2 Fecha de inscripción : 17/01/2011
| Tema: Negociando con la muerte. [Libre] Lun Ene 17, 2011 8:24 pm | |
| Se rumoraba por todas las Tierras Fantásticas que un ladrón de cuerpos estaba acudiendo a todos los cementerios conocidos y muchas tumbas han sido saqueadas por él, desapareciendo muchos cadaveres de héroes que yacían en guerras. Grupos de mercernarios han tomado cartas en el asunto, cazando a dicho ladrón; ya que se ha estado pidiendo la cabeza de ése saqueador de tumbas desde hace unos cuántos meses. Sin embargo nadie ha conseguido alguna pista directa, nadie sabe nada alrespecto. Durante una noche lúgubre y con una niebla espesa, alguien logró filtrarse en la Ciudad de Iranaides, exactamente con destino el Cementerio de la misma. Aquél cementerio tenía los cadaveres de algunos de los mejeros guerreros humanos que han tenido en muchos siglos... entre sombras, se movía aquella criatura con una gran destreza hasta llegar finalmente al Cementerio. Era una mujer, se notaba que en su cuello cargaba un pendiente de diamante que brillaba con un azul levemente. En su piel se notaba que tenía una clase de escamas y en su cabeza tenía dos cuernos. Una perfecta descripción de una draconiana. Ésta chica se paseaba entre las tumbas, viendo lápidas y leyendo nombres; se encontraba en busca de alguien en específico hasta que se detuvo frente a una en especial, allí empezó a murmuras varias oraciones en una lengua muerta y antigua, inclinandose de cunclillas y posando sus palmas sobre la tierra. Todo se estremeció por un momento y de la tierra comenzó surgir algo... mejor dicho, alguien. El cadaver que yacía allí salió cómo si se encontrara vivo, hasta sacar su cuerpo putrefacto completamente de la tumba.
La draconiana sonrió y fue a otra tumba con la cual realizó el mismo procedimiento y apareció otro cadaver más. Así continuó hasta obtener alrededor de cuatro cadaveres deambulantes en el cementerio. Una clara demostración de Nigromancia. No cabía duda ya, era ella la ladrona de cuerpos que buscaban las autoridades. La mujer susurró palabras y los cadaveres le obedecieron, acostandose en el suelo. Seguidamente la draconiana sacó un frasco el cual destapó y comenzó a manipular unas ligeras luces que titilaban de ahí. Eran almas. Las incrustó en cada uno de los cadaveres, ahora éstos tenían recuerdos, memorias y habilidades. Todos comenzaron a discutir entre ellos mientras la chica suspiraba un tanto agotada y volvía a guardar el frasco ahora vacío. -Callad. Los llamé para que acudan en mi ayuda. No podrán desobedecerme ni actuar en mi contra o los regresaré al infierno del que provienen.- dijo con una voz melodiosa y algo gruesa. Los muertos vivientes se quedaron inmoviles, entendieron a la perfección lo que les habían dicho y ahora estaban a su total disposición. La meta de Kitiana se estaba acercando cada vez más.
Era ya hora de partir, pero antes, Kitiana decidió quedarse un rato más a admirar la media Luna que flotaba en aquél cielo negro. La espesa niebla danzaba con el aire a un ritmo melancólico; muchos recuerdos regresaron a la cabeza de Kitiana. Varias luciernagas aparecieron en el lugar, iluminandose levemente, dando un bello espectaculo... pero Kitiana no tenía con quién compartirlo, sólo con su compañero inmortal, la muerte.
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