De paso -libre-

El ruido del lugar era natural, gente iba y venia de un lado a otro, mirando las cosas aqui y alla, mucha competencia entre los comerciantes sn duda, intentando vender comida, armas, objetos curioso, pero claro ninguno era digno rival para el demonio que llegaba recien empujando una especie de carreta llena d ediversos articulso auque estos cubiertos con una especie de manta

- Mmm mucha competencia....pero nada bueno - se dijo mirando un poco por sobre sus anteojo, aquella especie d emanta brillo con cierto tono negro y se alzo, una carpa era lo que era, la cual cubrio el carro y al demonio el cual con la habilidad de poseia de mover los objetos con su mente tuvo todo acomodado en cuestion de minutos, un cartel fue lo unico que salio a poner sobre la carpa la cual resaba "Inferno" y poco mas abajo "Objetos misticos y de gran valor", miro su pequeño negocio y entro en la carpa, acomodandose tras la carreta la cual ahora empelaba a base de mesa para resivir a los clientes, sus articulso etsaban acomodados por secciones, armas, joyas, accesorios, inclusive algunas prendas de vestir, todo de alta calidad pues el demonio no vendia nada menos de lo que esperaba obtener cosas muy buenas

Respiró, aunque no lo necesitara en realidad, una enorme bocanada de aire. La ciudad y sus habitantes eran tan variopintos, interesantes y divertidos a su manera. Además, caminar entre ellos como si perteneciera a su especie era lo más entretenido que puediera hacer, en especial cuando el lugar transitado era el mercado. Lindo y alegre para la mayoría, lleno de miseria y dolor para él. Uno de los pocos sitios donde se sentía cómodo, hablando francamente.

Se paró en medio de una de las multiples callejuelas que conformaban la zona. Multiples tenderos le ofrecian artículos que ni en sueños había querido adquirir. Todo era demasiado nuevo para su gusto además, lucían normales e indignas de su atención. Caminó un poco más hasta que el reflejo de un pequeño cartel captó su atención. Inferno, el nombre le hizo sonreir e ingresó a la tienda.

-Buenas-Murmuró. La ropa que traía favorecia su apariencia de chiquillo de 18 años, jugando a serlo desde que había llegado a ese pueblo. Unas botas hasta las rodillas colo marrón oscuro, un short que terminaba al inicio de sus botas, la camisa blanca abombada con un lazo rojo rodeando el cuello que tenía por costumbre llevar al ir a esa zona y la capa negra, caracteristica al parecer de su especie, sobre la cúal descansaba su guardaña. Dirigió su atenció a los brillantes objetos hasta que captó la presencia y el aura del vendedor. Se paralizó al quedar frente a él. Un demonio...Muy viejo

- Buenas tarde joven conocedor - dijo sonriendo acomdodose los anteojos apenas entro el joven recnocio la naturaleza de este, era facil y muy bueno, los mejres clientes eran dmonios siemrp etraian articulos de su nteres y de gran valor

-hay algo que llame su atencion? - pregunto jugando con un mehcon de su propio cabello mirando atento al chico, el por su aprte no ocultba que era un demonio por ellos las alitas en su cabeza y su cola seguian a la vista

Si bien él nunca mostraba exteriormente su naturaleza demoníaca, era bastante simple notar quienes eran quien. Entre las propias especies se reconocían. Se aceró hasta la estantería donde colocaban las armas. No era su gusto las luchas pero, decorar el hogar....- No por el momento-Había roto el contacto visual rápidamente. Las sensaciones de los miembros más fuertes entre ellos le impedía pensar correctamente. Sin embargo, le había llamado la atención que mantuviera parte de su forma y nadie huyera aterrorizado. Encogió los hombros, pensado que solo era cuestión de costumbre-

Paseó la vista sobre los objetos apilados ordenadamente frente a él, ninguno llamaba especialmente su atención...Un momento. Se detuvo en frente de un pergamino extraño. Română pensó al leer las inscripciones que podía percibir debajo del polvo- Mm...Cambie de parecer...-Frunció el ceño. Conocía esas inscripsiones, pertenecientes a los antiguos chamanes de su tierra natal-...Un pergamino contrato-murmuró. Su mano izquierda se desvío al hombro contrario. Recordaba perfectamente como conseguir uno de esos. Solo que no era precisamente Agradable.

- Mmm veo que tiene un buen gusto - dijo sonriendo al alcanzar escuchar aquellas palabras que eran susurradas

- y es conocedor - su cola fue la que tomo el pergamino y lo llevo hast asu propia mano sujetandolo con ella

- dime, tendras el valor de uno de estos? sabes no solo soy un comerciante tambien soy una especie de aficionado a los truesques si es que no tienes dinero, alguna cosa de un valor equivalente podria ser el pago - dijo sonriendo acomodandose de nuevo sus gafas, los demonis isempre traian algo interesante auque fuera solo para msotrar

Aumentó el fruncido. Si quería tener ese pergamino, y por ende la oportunidad de averiguar más sobre lo que le había ocurrido, debería ceder algo de valor...Estupidos demonios. Conocía demasiado bien a su propia especie. Ahora el otro tenía toda la atención del joven...¿Qué podría ofrecer a cambio? Sus bienes materiales no le atraerían y bueno, no podía ceder su daga, era lo único que le ataba al mundo humano. ¿Qué hacer?- Ve al grano ¿Qué sería lo suficientemente valioso como para cubrir el pago? -

La empuñadura de su daga maldita asomaba bajo la capa mientras su mente maquinaba algún plan que le sirviera. Cielos. No se le ocurría nada...Salvo el mismo, no llevaba nada considerado valioso. Se sintió terriblemente frustrado. Sabía como traducir el pergamino, entendía el idioma pero, no lo poseía. Apretó la mandíbula y colocó rostro inconforme

- Relajate chico yo siempre soy justo en mis tratos....um, noto cierto objeto en ti - su cola apuntaba un poco la daga del chico

- eso parese bastante valioso, me permitiria verla? - pregunto curioso observando el objeto

- oh en caso de que sea demaciado valiosa puedo darte tiempo de conseguir algo de valor, tu dime que me puedes ofrecer, para mi mis clientes son lo mas importante, pero no puedo regalar las cosas o saldria perjdiciado y no te ofendas pero dartelo y esperar que me lo pagues luego, bueno no es cosa de demonios verdad?-

Suspiró. Él amaba su daga. Era el único recuerdo físico que guardaba de sus días como humano....El principal impedimento para subir de nivel...Si quería progresar era ideal que se la ofreciera...- Tienes razón. No es cosa de demonios -Murmuró, dandole la razón. Bueno. Si iba a vender la daga se aseguraría que fuera a buenas manos. Extrajo la daga de su estuche, colocandola con suavidad en la mesa. Esta era de plata, antigua pero, afilada y en buen estado, poseía incrustaciones de muchas piedras preciosas que nunca se había molestado en saber...La empuñadura tenía sangre fresca, junto con unas letras en relieve que había revisado, releído y anotado múltiples veces. Llevaba desde la creación de Nicolás así, hace ya casi mil años-

-Puedes verla -Era mejor. Lo sabía. Sin embargo, esto significaría perder la humanidad restante. Un poco menos. Desvío la mirada, suspirando y cerrando los ojos como si buscara relajarse. Pasado el ritual, volvió a prestar atención al mayor. "De Finibus Bonorum et Malorum" eran la frase que la daga marcaba. Sobre los límites del bien y el mal pensaba, traduciendola.

Miro y analizo la daga lentamente luego de tomarla, cada detalle, casa letra, incluso la sangre, todo era analizado con cuidado y solo nesecito hacerlo una vez para evaluar su valor

- valiosa sin duda alguna, de hecho quedari abatante bien en mi coleccion - algunas dagas comenzaron a apareser alrededor del demonio las cuales giraron hasta que vio una la cual tomo y luego puso junto a la del chico, eran casi iguales a sepcion de algunos detalle sy que esta no tenia nada gravado en ella

- muy parecida pero mas valiosa sin duda alguna, que dices? esta daga por el pergamino? - pregunto haciendo que su cola le pasara el pergamino pero junto con este puso la daga que habia tomado de entre las suyas, al find e cuentas el chico tenia una daga bastante valiosa y seria justo con el

No necesitó pensarlo dos veces. Tomó el pergamino y lo ocultó entre sus ropajes, ni siquiera se inmutó ante la aparición de las otras dagas. Sabía que la suya era especial y aunque le doliera despegarse de ella...Simplemente ansiaba más saber como había quedado hecho siendo un demonio en vez de ir a la luz- Gracias...- Más por cortesía que porque de verdad lo sintiera así.

Ahora, podría avanzar de nivel. Lo sabía en su vacío interior. Suspiró un poco, habiendo sacado un peso de encima. Debería utilizar su guardaña para alimentarse en adelante, pero, el misterio estaría un paso más cerca de ser revelado. Quizo agregar un dato a la venta- No importa cuanto la restrieges, la sangre saldrá de nuevo y en más abundancia -Sonrió, observado la daga en la mesa junto a su hermana-

- Mmm sin duda muy intresante esta sangre podria ser igual bastante curiosa - dijo sonriendo tomando la daga hermana de la del chico y arrojandosela para que la atrapara, siendo un demoni no abria peligro alguno

- con eso quedamos a mano - dijo colcoando esa daga en el lugar de flote donde habia estado la otra dio un giro sobre si mismo y desapareioc y asi fueron desapareciendo mas y mas

- por cierto podrias decirme tu nombre? joven conocedor-

Le pareció inesperado que arrojaran la daga hermana hacia él pero, bien por ser un demonio, la atrapó y examinó con la mirada. No era como la que fue suya, ninguna en este mundo lo era, aunque, debía admitir que poseía cierto encanto. La guardó en donde antes había estado la otra, murmurando un ligero "Gracias" y acomodó el pergamino en su ropa, no queriendo que se dañara y la compra hubiera resultado inútil.

-Nicolás...Nicolás Motzoi- Usualmente le habría dicho antes de presentarse: "Es de buena educación decir tú nombre antes de preguntar el de otra persona", sin embargo, al ser un miembro de su especie de mayor poderío, le debía cierto respeto. Cruzó los brazos, frunciendo el ceño- ¿El suyo sería? - Había la posibilidad de que el otro escuchará su nombre por el pueblo...No por nada era un cobrado de impuestos.-